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domingo, 22 de junio de 2025

Retazos de un viejo Diario - REFLEXIÓN (2011): "La Navaja de Occam y las Mujeres"

Es curioso como evolucionamos.
Es curioso poder comprobarlo cuando buceas en el "Baúl de los Recuerdos"...
 
Sobretodo teniendo uno enorme con forma de Disco Duro Externo almacenando 2 capas de Backups y un montón de material archivado/descatalogado desde 1997 que nunca te atreviste a publicar por miedo a ser tremendamente visceral y te criticaran por ello... Básicamente lo que hoy conocemos como la "Cultura de la Cancelación" y la "Generación de Cristal de los Ofendiditos" que no ahondan en el contexto de la imagen banal y descontextualizada que se les presenta.
 
Y esto de bucear en los recuerdos me resulta tremendamente curioso, porque muchos de estos trabajos los había olvidado. Ahora que los he estado revisando por encima, algunos me parecen tremendas mierdas y otros me siguen sorprendiendo gratamente por la calidad artesana de mis manitas en su finalización.

El escrito que voy a compartir en esta entrada es uno de esos que no recordaba, incluso había olvidado el contexto sobre el que cimenté toda esta reflexión escrita en una ENCABRONADA noche de un lejano Septiembre de 2011, en la que hablaba respecto a una horrible costumbre humana que las generaciones de hoy día han denominado como "Ghosting" y generalizándola hacia el sexo femenino. (Obviamente esta historia está contada desde mi perspectiva personal y entristecida de la época. En su momento me moría por conocer la otra perspectiva para saber qué fue lo que sucedió.)
 
MaIA: "Russell, todos hemos caído en las redes del Ghosting, incluso con amigos y familiares con los que ya solo tratamos en eventos específicos."
Una encabronada pero a la postre ácidamente cómica y oscura reflexión en las que generalizo pensamientos, y que al volver a leer tras tantos años me ha hecho reír con sendas carcajadas. Estará mal que yo lo diga, pero no debería haber censurado este tipo de escritos y haberlos compartido aquí en Variedalia en su momento; más aún teniendo en cuenta que el Blog lleva abierto desde 2006 y este escrito es del último trimestre de 2011.
 
En fin, con todos estos viejos trabajos artísticos, escritos, multimedia e incluso fotografías me encanta ver lo mucho que he evolucionado, y lo mucho que aún me conservo fiel a la esencia de mi forma de ser.
 
A una semana de comenzar el cambio satisfactorio más importante de mi vida, me regocijo de poder encontrar pedacitos de mi ser que aún tengan la capacidad de sorprenderme. (¡Que mal suena! Es como una auto-complacencia cumplida... Pero me da igual. Nunca he hecho lo que hago para satisfacer a los demás. Eso es secundario. Lo hago por como soy, y si con ello entretengo o satisfago a otras personas, pues bienvenido sea ese don. Estaré aquí para recibiros a todos con los brazos abiertos.) Este escrito me ha sorprendido gratamente y me he reído sobremanera porque no me acordaba de nada en absoluto. Creo que hace mucho tiempo que no escribo de manera tan cínica, irónica y sarcástica como aquí, haciendo uso de pequeñas dosis de humor negro.
 
Así que sin más dilación os invito a repasar conmigo este escrito nacido hace 14 años de la visceralidad de un cabreo monumental y una tristeza íntegramente entretejidas entre las palabras... Todo ello representando a una versión de mí que; gracias a mi querida Arixa; he podido ir enterrando con los años a través de las originales capas de sensibilidad recuperadas que había perdido con el tiempo. 

Ahora bien, si os da pereza podéis hacer la de un compañero de mi trabajo y "esperaros a la peli" y obviar el escrito. En cuyo caso gracias por al menos haber llegado hasta este párrafo. Podéis salir por la puerta de vuestra habitación a pensar en lo que habéis hecho... 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
 
Sin más dilación, vamos a abrir el viejo Diario y exponer el escrito:
 
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Martes, 6 de Septiembre de 2011
<-- LA NAVAJA DE OCCAM -->
Y por que siento que a veces las mujeres nos complican la puta existencia...
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Esto es la polla… Si no fuera porque adoro la elegancia del cuerpo femenino me haría GAY. Pero no gay en plan Jesús Vázquez no… Gay en plan MARICÓN, MARICÓN Y QUE ¡¡¡¡A TOD@S OS DEN POR EL CULO!!!!
 
Han vuelto a dejarme en la estacada una vez más. Desde hace más de 3 meses, he tenido en mi poder 2 entradas para ver a TRICICLE con su obra GARRICK y la esperanza de una mujer acompañándome.
 
Esta foto fue sacada por Joan Gràcia de los Tricicle. Aunque la haya revelado yo 14 años después para publicar en esta entrada. Sí. Mi hermana y yo salimos en ella...
Pos al final, para variar voy a acabar yendo con mi hermana porque me han vuelto a dejar en la estacada tras varias semanas de largas sin usar la sinceridad...
 
"¡Oh! Muchas gracias, pero al final voy a estar muy liada y no podré ir."
 
Al menos esta vez ha zanjado y no me ha dado largas. Con una excusa de mierda sí, pero al menos ha zanjado. Sin embargo, yo gilipollas de buena fe, me voy a la Wikipedia y:
 
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La Navaja de Occam (navaja de Ockham o principio de economía o de parsimonia) hace referencia a un tipo de razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones, la solución más sencilla es probablemente la correcta.
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De acuerdo con la Wikipedia, el postulado es "Entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem". Afortunadamente, lo traducen para todos aquellos que tenemos el latín algo cascado y básicamente dice:
“No ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias”
 
Por eso, como gilipollas de buena fe voy a creerme sus palabras para excusarla... Pero cuando hablamos de mujeres, “AAAYYY PAAAAYOOOOO!!! Que OCCAM no funciona fiable como la fragonetaaa de un chacho!!!” He mencionado lo último acontecido con la grandísima obra Garrick de Tricicle, aunque estas palabras van por otro evento algo más turbio que me dolió mucho más. Van relacionados por la falta de valor para afrontar la sinceridad...
 
Con un reciente cambio de aires en mi vida social para mejor... Con gente nueva recién llegada que ha entrado para quedarse, y gente que viene solo de pasada y se vuelve a ir. 
 
Ahora bien, aún sigue habiendo épocas en las que no paras en casa y te da por patrullar los PUTOS BARES que tanto odias durante las noches de los fines de semana. No hay explicación para ello, simplemente entramos en una especie de sintonía cósmica que nos empuja a recorrer estos locales con esperanza puramente social/sentimental hasta terminar 1 de 2: 
  • Viajando en metro y volviendo en soledad a casa para seguir escribiendo preciosos textos melancólicos o relatos cortos. O
  • Haciendo eses de vuelta con una señal o placa bajo el brazo que dice “Achtung! Achtung! Vorsicht, bauarbeitung!”. 
Afortunadamente para todos, estas sintonías cósmicas duran unas pocas semanas y siempre son fruto de la inconsciencia provocada por la interacción social de gente desconocida de tu alrededor que te ponen a prueba con el paupérrimo "no hay huevos". Son temporadas en las que estamos en todos los lugares en todo momento. Intentando conocer y que nos conozcan.
 
En estas temporadas, la matemática cuántica se pone de nuestra parte y en CONTADÍSIMAS ocasiones suceden cosas altamente improbables y que desafían al entendimiento humano. Cosas que buscas con anhelo desde que no pudiste decirle a esa chica de tu cuadrilla del barrio lo mucho que bebías los vientos por un beso suyo. O incluso que un triste pico habría bastado para decirla todo lo que gustaría haberla dicho si no hubiese tenido una pareja TAN estable. Y tú, hombre de principios, una lealtad a la amistad con él. Cosa que en este momento y con la mente hirviendo me da igual... Al menos ella se merece todo el amor que puedan darle, quien sea.
 
En fin, volviendo de los Cerros de Úbeda…
 
Hace apenas un mes, en una de estas patrullas nocturnas, conocí a una chica. Sigo diciendo que soy chico que no suele beber. Pero aquella noche había perdido una apuesta, y cumpliendo palabra, apenas podía articular monosílabos sin riesgo de atragantarme. Total que, a pesar de todo, la conversación con esta mujer en el estruendo del puto pub Heineken que se encuentra en Pozas duró un par de horas. Creo que estuvimos agusto los dos. Hubo química...
 
A veces las cosas no tienen una explicación racional. Dicen que es lo que hace que el fútbol tenga gracia para la gente que lo disfruta. Si no fuera porque a mi me repatea el fútbol, a veces pensaría que en ocasiones la vida es como este deporte, donde los contrincantes buscan meter su pelota en la portería contraria... No sé si veis el símil marrano de hacer tantos que veo aquí...
 
Total…
Que a esas horas, veinticuatro se dice cuatro y veinte. No hace falta que sean las cinco de la mañana y que no te tengas casi de pie porque los pies te están matando dentro de los Fluchos que calzas. No hace falta mucho para que te equivoques al apuntar un número de teléfono de 9 sencillos dígitos en tu desfasado móvil Nokia de botones. No hace falta, no, pero creedme que ayuda un montón… ¡¡¡Ostia puta si ayuda un montón!!!
 
Jamás hubiera recordado que su número terminaba en 24 en vez de en 42 si ella no me hubiera enviado un mensaje tres semanas después de aquel primer contacto. Se conoce que, en algún momento de la noche; y a pesar de la existencia de las puñeteras llamadas perdidas; yo le había apuntado mi número de teléfono en el reverso del CREDITRANS convenientemente guardado tras agotar los últimos viajes que le quedaban. Hasta en las peores circunstancias puedo fardar de unos pocos destellos de lucidez. No son muchas, pero a veces aparecen...
 
Curiosamente, su mensaje llegaba en un momento muy oportuno. Llevaba tres fines de semana volviendo al mismo puto pub con la gente sectaria de Singles Bilbao, y hasta a Nagore (la que me amadrinó para entrar en el grupo) se le estaba torciendo el gesto escépticamente de verme tan a menudo en ese ambiente que tanto aborrecía sin una razón aparente para ello. Y es que, en estos ambientes encontrar una conversación interesante conjugada con una buena química era un don que no mucha gente encuentra de manera normal. Ni siquiera con mi madrina Nagore había química conversacional porque era una persona tremendamente introvertida que no articulaba más que monosílabos. Era como hacerte amigo de una piedra y querer conocer su pasado. Como no le hagas la prueba del Carbono 14 vas jodido...
 
En fin, volviendo a mi búsqueda de la mujer con la que tuve química, llevaba tres semanas intentando encontrar a alguien que trabajara en el mismo hospital del que buenamente recordaba en la conversación mantenida aquella noche y me pudiera dar una pista sobre ella. Persona de la que solamente tenía un nombre y un número de teléfono erróneo.
 
Tres semanas rondando en plan acosador lo que creía que podía ser su barrio en busca de una bicicleta Orbea azul (creía que me había comentado) o de un golpe de suerte, una iluminación solar inesperada que me guiase, o una puta X marcando el lugar que ni el puto Indiana Jones en la Última Cruzada.
 
Ni siquiera, el hecho de saber que ella, supuestamente, viviera junto a una salida de metro me ponía las cosas más fáciles. Con todas las salidas que tiene Bilbo… ¡¡¡¡POR DIOS!!!! Solo de pensarlo me daban ganas de tumbarme en posición fetal en el suelo y ponerme a llorar como un bebé. Eso sí, sin dejar de chuparme el dedo para dar más vergüenza ajena...
 
Es por todo esto que el mensaje SMS llegó en el momento más oportuno como caído del cielo. Una semana más y hubiera terminado durmiendo en algún cartón junto a un mendigo calvo que le roba el periódico al vecino, a pesar de tener más pasta que tú (querido lector) y que yo juntos.
 
Varios días después de varios SMS enviados/recibidos/intercambiados (porque recordemos que yo sigo con un Nokia de botones a pesar de que la gente está empezando a conocer y utilizar un programa de mensajería llamado WhatsApp en sus teléfonos inteligentes táctiles sin botones), cuando ella tuvo tiempo, quedamos para tomar un café, y un helado. Lógicamente, en la sobriedad, ella ya no era un ángel alado descendido de las nubes más acolchadas para acariciarme el rostro con manos sedosas. Ni yo era esa puta bestia de gafas que no vocalizaba palabra clara. Sin embargo, teníamos química. Ella además era guapa. Muy guapa y en efecto tenía buena conversación como pude constatar en su momento a pesar del alcohol. Le dije que "debía de ser buena enfermera".
 
¿Por qué le dije algo así? Porque había estado dándole cuerda a un tipo que no está acostumbrado a beber y que habla la ostia de rápido, durante tres buenas horas en un antro de Bilbo. Para ella quizá una buena conversación no fuera importante, pero para mí siempre es un puntazo a favor en cualquier posible relación. Además, parecía tener confianza en sí misma, un interesante halo de misterio y un montón de pecas en la cara que me resultaban simpáticas.
 
Tras tomar los cafés, compramos un par de Cervezas Shandy, claro y nos fuimos a pasear.
 
Media hora más tarde ella compró un par de heladosy terminamos sentados en la orilla de la ría; cerca del barrio donde vivo; hablando de su vida en el hospital. Por lo visto, cuando uno trabaja en neurología enseñando de nuevo a la gente a manejar los cubiertos y a atarse los zapatos… Cuando se pasa la mayor parte del tiempo en la unidad de cuidados intensivos porque es el único lugar en el que hay aire acondicionado y que se agradece en días de calor, una termina teniendo un montón de historias graciosas que contar. Historias que combinan muy bien con otras derivadas de mi trabajo como Informático.
 
Charlamos, bebimos y reímos hasta que se me escapó un sonoro eructo por culpa de la cerveza previa al helado. Fue el momento más embarazoso de la tarde, pero ella le restó importancia al asunto haciendo un guiño a la película "Shrek". Imagino que si te tienen que volver a enseñar a atarte los zapatos, es normal que se te escape un eructo o algún pedo de vez en cuando. ¿No le restarías importancia?

Una hora más tarde nos despedimos de un modo que me hacía presagiar optimistas tiempos mejores y quedadas varias...
 
Pero... 
 
- Ocho días después, y no la he vuelto a ver.

- Doce días después, y el único mensaje recibido dicta:
<<He leído tarde el msg. Sí. Ya kedaremos, musus>>

- UN MES después, y no he vuelto a saber de ella.

Me tengo por una persona locuaz con la que poder mantener una conversación interesante sobre cualquier tema que se presente. No suelo agobiar a la gente con mensajes aún teniendo sumo interés en desencriptar su pasado y conocer su presente. Pero no sé como sentirme respecto a esta situación teniendo en cuenta la buena química que hubo en las 2 interacciones realizadas...

Groucho decía: “Bebo para hacer interesantes a las demás personas”. No sé aún si eso es cierto. Al parecer, cuando uno bebe todo resulta mucho más atractivo a los sentidos, incluidas algunas personas. Aunque como digo, aún tengo por confirmar este dicho, ya que estando con copas de más nunca he dejado de ser consciente de mi alrededor. Así que supongo que nunca he cogido la manga padre.
 
Y respecto a la frase, lo que nunca hubiera considerado Groucho es, que alguien pudiera resultar más interesante a los demás borracho como una cuba que sobrio. Si lo hizo, nunca escribió sobre ello, ni lo mostró en ninguna peli. Si alguna vez habló sobre este asunto, sólo la otra frase le pareció a alguien lo suficientemente graciosa como para recordarla. Porqué lo que es al resto, ni dios la conoce.
 
Quizá yo sea; después de tanto tiempo; uno de esos tipos que resultan más interesantes cuando necesitan apoyarse en algo para mantenerse en posición vertical. Quizá algunos sectarios de Singles Bilbao tengan razón en lo de ir a beber alcohol todos los fines de semana a celebrar la soltería haciendo oposiciones a técnicos en Cirrosis. Sin embargo, yo odio beber. No hay bebida que me resulte más placentera que un puto mosto, o en su defecto un puto zumo de melocotón y uva. Y si me pongo aventurero un refresco carbonatado como la Cola.

En fin, volviendo al asunto en cuestión, las mujeres tienen maneras muy sutiles de decir las cosas. Algunas incluso se vanaglorian de ello. Son capaces de enviar señales extraordinariamente sibilinas que se manifiestan en una dimensión que escapa a todo aquel que no sea mujer, gay y/o transexual.   
 
Al final son criaturas que viven en mundos en los que la sandía no es una fruta sino un color. Estas señales hacen que frases como “Pareces cansado, ¿te apetece un café?” signifiquen “Para el coche que quiero un café”. La construcción gramatical “Tu sabrás lo que te conviene” tiene sentidos muy diferentes dependiendo de si la pronuncia tu padre o tu novia. Es por cosas así y la falta de sinceridad general del ser humano que la vida es más complicada de lo que debería ser. Siempre lo he dicho.
 
Quizá sea cierto que resulto más interesante cuando no puedo decir Pamplona sin arriesgarme a perder la lengua en el intento o empapar de felipes a la persona que tengo delante. Ni pronunciar la palabra estrella de Mary Poppins sin sufrir un derrame cerebral. Pero siempre me he vanagloriado (repito la palabra, que me ha gustado) de ser claro y sincero en mis pensamientos sobretodo si afectan a los demás. ¿Por qué las mujeres no pueden hacer lo mismo? ¡¡¡¡No es tan difícil, joder!!!! ¡Y somos adultos para asumirlo sin reproches, ni represalias, ni cambios significativos en la amistad! ¡Porque hablamos de forjar una amistad, no de hacernos pareja, rollo o follar como obsesos! ¡No!
 
Sin embargo, cuando una mujer no quiere salir con un tipo o no quiere ni siquiera una amistad, emite señales que sólo otras mujeres y algunos animales son capaces de percibir. Desgraciadamente, entre estos privilegiados animales no se encuentran, ni el hombre, ni otros primates de mayor capacidad cognitiva.
Estás esperando una señal clara: un UNO o un CERO, un VERDE o un ROJO, una SANDÍA o un TOMATE. Pero lo que acabas recibiendo son las Cuatro Estaciones de Vivaldi interpretadas por yonkis con instrumentos de cocina en pleno síndrome de abstinencia. Y por supuesto, las Cuatro Estaciones suenan a la vez y además llueve en verano con truenos de tormenta reventando el cielo. El desconcierto se prolonga durante más tiempo del que nos resulta cómodo. Si tenemos MUUUUCHA suerte, ella será directa y dirá que "tiene novio". ¡Asunto zanjado!
 
Para algunos de nosotros, cualquier otra explicación que no sea clara, concisa y sincera, cae en una dimensión desconocida, una dimensión llena de señales perdidas y calcetines que desaparecen en la lavadora para no volver jamás. Las últimas teorías científicas dicen que existen once dimensiones, así que aún queda cuerda en la teoría de cuerdas hasta que se sature el espectro radiofónico o un calcetín termine por taponar un agujero negro y nos vayamos todos a la mierda.
 
No lo he pensado, pero quizá resulto más interesante rodeado de sectarios con un calcetín en la boca y un agujero negro absorbiéndome el culo…
 
Por si todo esto supiese a poco, añadimos el choque EDUCACIONAL. Cuando alguien; generalmente femenino; no quiere dolerte, no te serán sinceras del modo: “No voy a tu mudanza porque no me ayudaste en la mía”, o “no voy el viernes porque no me sale del potorro”, o “Las fotos de tu boda me interesan como un diente de ajo metido por el culo”.
 
No, este tipo de personas siempre tendrán una excusa menos dolorosa del tipo: “No tengo tiempo”.
 
No voy a tu mudanza, no tengo tiempo”
 
No voy el viernes porque no tengo tiempo”
 
Las fotos de tu boda… no tengo tiempo”
 
Lo peor de todo no es la falta de imaginación y la escasa variabilidad de sus excusas, lo peor de todo es que a menudo es cierto... No tienen tiempo. Y como la gente miente más que habla, jamás sabrás si realmente les interesabas o no, porque nunca te serán claras diciéndote las palabras directamente. Pos yo siempre prefiero la VERDAD DOLOROSA que mentiras piadosas.
 
Recapitulando desde los Cerros...
Quizá resulto más interesante sujetando una pared que desinfecto con mi aliento etílico mientras hablo, o quizá es cierto que no tiene tiempo. O es probable que me haya perdido una de esas señales que se envían al espacio con la esperanza de que las encuentre vida inteligente y actúe en consecuencia. Igual confundí la sandía con el color, o quizá no haya sandía, "ni cuchara Neo", y esta no sea más que otra de esas infinitas ocasiones en las que no vale la pena ni un momento sentarse a dar vueltas a las cosas, pero aquí llevo un buen rato picando teclas desahogándome. Debe tratarse de la sal de la sopa cósmica en la que estamos todos inmersos con nuestros átomos desde épocas del Big Bang.
 
Y luego está que a veces he sentido con absoluto dolor sideral el no haber cruzado labios en un sencillo, inocente y tímido pico con la chavala que durante un tiempo me tuvo en ciernes, en pos de lealtad a la amistad que tenía con su novio en mi vieja excuadrilla. Ciertamente es a la única que echo de menos de todo el grupo. Aunque esta ya es otra historia de otro costal que no habré de contar hasta que lleguen mis memorias…
 
ARRRRRRRRRRRRRRRRR!!!
 
Ahora bien, lo que no dice la Wikipedia es que, "en igualdad de condiciones, la mayor parte de las veces te puedes meter la navaja de Occam por el culo y a otra cosa mariposa".
 
Russell.
PD: "Con lo fácil que me parece sincerarme en determinadas ocasiones, me flipa que aún tenga que lidiar con putos días así, porque la gente no sabe decir directamente las cosas y desaparecen de tu vida sin más. ¡Estoy hasta los cojones!"
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Y hasta aquí esta encabronada reflexión  de hace casi 14 años. Madre mía como pasa el tiempo, y lo olvidado que había tenido todo el contexto...
 
Releyéndolo para publicarlo aquí, me he dado cuenta que hablaba de lo que hoy día llaman "Ghosting". Aunque sí que es cierto que este evento suele suceder de forma escalonada hasta que la persona que te lo está haciendo desaparece de tu vida. Y el evento del contexto de este escrito/reflexión sucedió de la noche a la mañana. Ni siquiera supe nunca que le sucedió. Igual esta persona se fue a vivir al extranjero, o murió y yo nunca tuve forma de saberlo.

¡¡Aishhhhh!! Obviando la historia, me sigue dando muchísimo placer comprobar que a pesar del tiempo y lo mucho que he avanzado y mejorado en muchos aspectos, sigo siendo fiel a muchos de mis pensamientos y principios en mi esencia más pura.

Obvio la historia, porque la olvidé en primer lugar, y porque, gracias a Arixa en 10 años de relación he comprobado que la verdadera felicidad existe en cada mirada, cada acción compartida, en cada pensamiento debatido o cada idea defendida. Inclusive en los debates y las discusiones mantenidas.
 
Este pensamiento es algo que reafirmo día a día. Malo es cuando en una relación; ya sea de pareja o de amistad; tú eres de carácter parlanchín y la otra persona es tan cerrada o tan introvertida que se antoja tremendamente difícil e incómodo mantener una conversación. Y no hablemos de que seas pareja de alguien así y no haya discusiones. O viceversa que sea una persona tremendamente agresiva y haya riñas no deseadas cada dos por tres...
 
La clave final siempre está en el equilibrio. Ni tanto, ni tan calvo. Tan malo es el "exceso de" como la "ausencia de" para todo lo que tenga que ver con lo compartido entre dos personas.
 
Creo que yo solo he sufrido "Ghosting" 2 veces más en mi vida. Y aunque no fueron experiencias agradables, doy gracias a que no fueron tan sentidas como la del escrito anterior. De hecho, soy de los que cuando corta relación con la otra persona se lo hago saber. No me ando con rodeos ni hago esa acción de "Ghosting" tan cobarde. Ya sea porque me he dejado llevar por la mala ostia (las menos afortunadamente) o haber sido tremendamente reflexivo como para ser educado, pero se lo hago saber a la persona y me despido de esa persona antes de borrarla y bloquear su contacto de toda red y vía posibles.
 
¿Muy radical? Seguro... Pero es lo mejor. No me valen las medias tintas. O se está, o no se está. Y si no se está, no se está con todas las de la ley. Para que ambas partes no perdamos el tiempo en interacciones vanas o lo que es peor, esperanzas desoladoras que nunca se cumplen.

En fin, no voy a enrollarme más, pero una vez más me siento muy orgulloso de mis escritos, incluso más de una década y media después... Esto es algo que pienso atesorar, aunque a nadie más le interese en absoluto.



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sábado, 14 de octubre de 2023

Como el "ir al cine" se está echando a perder por la falta de educación de terceros:

Hoy quiero hablar de un Apocalipsis que como amante del 7º Arte me está llevando a los demonios de una manera que no muchos eventos pueden conseguir. Y es el hecho de que ir al cine a ver una película se está convirtiendo en un cáncer digno del mayor dictador y genocida de la historia por la mala educación y falta de empatía de la cada vez mayor gente que acude a las salas.

¿De qué estoy hablando? De toda es gente que no sabe estarse calladita disfrutando una película. O de esa gente que no puede evitar sacar el móvil para mirar sus notificaciones durante la proyección de la cinta. Y hay más casos que para hacer más amena esta lectura voy a enumerar, pero antes comencemos por lo que siento cuando voy una sala de cine...
 

Desde que tengo memoria he sido amante del 7º arte. Aún recuerdo mis primeras películas cuando mi aita hacía la sobremesa los fines de semana, y daban películas como "Furia de Titanes" o "Jason y los Argonautas" todas ellas con el sello de Efectos FX Stop-Motion de Harry HarryHausen. Me maravillaba ver todas esas criaturas y lo inútiles que eran los guerreros que se enfrentaban a ellas. De 80 espadazos al aire solamente impactaban 1 o 2. 😂😂😂😂😂😂😂😂
 
Recuerdo perfectamente esa sensación de maravilla en esas películas. O incluso, la maravillosa sensación la primera vez que vi TIBURÓN (Jaws)... Esa sensación cinéfila; que a día de hoy mantengo con cualquier película que me enganche; se disparaba hasta niveles estratosféricos cuando acudía a una sala de cine y veía una película en pantalla grande.
 
Mi primera película en una sala de cine fue "La Sirenita" de Disney en 1989. Recuerdo que mi tía nos llevó a todos los primos a ver esa película. Me creeréis o no, pero aún recuerdo cada sensación en cada escena de la misma... Y la escena del empalamiento de Úrsula con la proa del pecio hundido aún me sigue pareciendo impresionante para un niño pequeño.
 
Pues bueno, en aquella época no sucedía lo que sucede hoy. Quizás ocasionalmente se oiría alguna voz, pero nada perceptible hasta el punto de romperte la sensación de placer (y las pelotas) que te estaba haciendo sentir la proyección.
 
Quizás incluso, cuando se oía algún niño pesado, siempre había algún padre que le llamaba la atención, o algún otro espectador en su zona que le siseaba un "SHHHHH" y se hacía el silencio...
 

 
Pero lo que estamos sufriendo en los últimos años; y va a más cada día que pasa; es simplemente demencial...
 
Para los veteranos en Variedalia, o para los que me conocen, saben de sobra que amo el cine. Lo adoro hasta tal punto que cada vez más estoy teniendo que renunciar a ir a menudo al cine a ver una película. Incluso últimamente mi pareja me propone ir a ver alguna película; porque sí; como un plan improvisado, y le he dicho que "no me apetece mucho". Que "cada vez más me da por saco ir a una sala a que me jodan la película".

Y es que en mi última decena de películas que he visto en el cine, diría que casi siempre me ha tocado al lado a la típica persona imbécil que no sabe estarse callada. O que no le quita sonido al teléfono. O que simplemente la película no le está gustando y saca el móvil para ponerse a visitar Instagram o TicToc, deslumbrándome totalmente porque además esta persona es tan hija de pu**, que tiene el brillo de la pantalla al 100%.

Lo juro... Si existieran seres como Jason Voorhees o Predator, me encantaría que aparecieran y le arrancaran la cabeza a esta gente directamente en la butaca... Mancharme de sangre pegajosa creo que sería menos molesto que tener que aguantar estas mierdas.

¡¡Y encima diles tú algo!! Que algunas personas tienen los HUEVARDOS de ponerse dignas y responderte.
Reconozco que tengo mucha mecha... Pero cuando se me acaba más vale que me contenga con otra mecha nueva, porque puede clamar el cielo. Y cada día que pasa la mecha que tengo es más corta debido al agotamiento producido por el acoso y derribo de esta mierda de seres humanos.

Normalmente cuando me han hinchado los cojo**s de manera providencial, no suelo ser agresivo y suelo girarme a la persona susurrándole suavemente: "Por favor..." de manera que se de cuenta de que me está molestando. Y muchas veces hasta hace 5 años, la persona se disculpaba y no pasaba nada. Seguíamos la proyección y ya está... Pero actualmente, la persona aguanta 5 minutos callada y vuelve a la carga con esas molestias, e incluso se te encara respondiendo como si yo no tuviera derecho a disfrutar de la película en silencio.
 

Y especialmente me molesta (diría que me duele incluso) porque yo soy de esas personas que sienten el ir al cine como un evento especial... Y da igual la de veces que haya ido en mi vida, sigo sintiendo esas sensaciones maravillosas en mi cuerpo que me hacen disfrutar de la película sobremanera, aunque luego sea una mierda infumable que como diría Mariano Rodriguez "Es una peliiii... que nunca debió susedeeeer!! Y comiensaaaa!!!".
 
Por eso, cuando voy a ir a ver una película de estreno, que he esperado tiempo hasta que ha llegado, me encanta organizarlo al detalle. Revisar el día para ir a ver la película, ponerlo en común con mi pareja y hacer la reserva con varios días (y depende de la película hasta con semanas de antelación) escogiendo con detalle hasta la butaca donde me quiero sentar. Ni muy delante que me rompa el cuello, ni muy atrás que me haga sentir que estoy viendo la película en mi casa. Quiero que la pantalla me arrope, que me haga inmersión 100% durante la proyección convirtiéndome en un ente etéreo que forma parte de ese universo que están mostrándome.

Pero en los últimos años, esto no está siendo posible porque tengo muy mala suerte, y a nuestro lado o muy cerca de nosotros siempre se sienta gentuza que vienen al cine de manera consciente o inconsciente a reventarle la experiencia al prójimo. Os voy a poner algunos ejemplos de gente que seguro todos hemos sufrido alguna vez...

Cuando conocí a mi prometida allá por 2015, cogimos la dinámica de ir al cine al menos 1 vez al mes, y aprovechábamos descuentos y vales de cines determinados para no dejarnos un sueldo en esa actividad (ya que con lo que pagamos hoy día por ver una peli en el cine me jode aún más que un imbécil de estos me joda la experiencia).
Haced cuentas de cuantas películas podíamos ver en pantalla grande anualmente. Pues, actualmente en todo 2022 y lo que llevamos de 2023, apenas habremos visto 5-6 películas en una sala de cine...

Y es que me da por saco planear un sábado de cine con una película que estemos deseando ver, para que llegue el momento y:
  • Ya sea por la gente que saca el móvil durante la película deslumbrando a todo hijo de vecino (porque noooo, no tiene el brillo al mínimo no)...
  • Ya sea por el grupo de chavales o chavalas que se pasan hablando/cuchicheando/riendo y diciendo chorradas toda la put* película (porque noooo, la capacidad de atención de las nuevas generaciones cada vez va a mejor)...
  • Ya sea por los que no saben comer con la boca cerrada o no saben el milagroso modo de evitar el ruido cuando meten su manaza en el paquete de patatas (porque noooo, abrir el paquete antes de que empiece la película es de cobardes)... 
  • Ya sea por los que traen a sus hijos pequeños a una sesión para adultos o para mayores de 16 años (porque noooo, no quieren perderse una película a costa de tener dando por culo al niño las 2 horas de metraje de la misma)...
  • Ya sea por la persona que se pasa media película haciendo comentarios del director en voz alta (porque noooo, no le interesa hablar en voz baja para que nadie sepa que eres un entendido de la mierda)...
  • Ya sea por esos bastardos que no les gustan sus asientos, se cambian de asientos a otros mejores cuando empieza la película y nadie se ha sentado en esos sitios, y a media película se presentan los dueños originales y se lía discusión hasta que viene el acomodador (porque noooo, estar en tu puto sitio pudriéndote los huevos por no haber sacado las entradas con más antelación no es algo aceptable en ti)...
  • Ya sea por los que te ponen el pie en el respaldo de tu butaca y se pasan media película pegándote pataditas por detrás. (Porque noooo, estás en tu pu*a casa y haces lo que sea para ponerte cómodo)
  • Y menos mal que los cines actuales han cogido cierta altura para evitar sufrir bloqueos de visión por cabezones con Macrocefalia. (Porque noooo, para que invertir en cines con los asientos escalados... ¡Uy perdón! Este punto puedo obviarlo porque quieras que no, se ha ido solventando con el tiempo).
¡¡¡Los he sufrido todos!!! Y hasta hace 9 años, podía sentirme mal solo por mi... Pero es que ahora voy con mi prometida, y ella es una bendita que a pesar de su carácter, no hace una de "esta voz es mía" para reivindicar la sangre de esa gentuza que yo derramaría con gusto por toda la sala. No. Ella aguanta carros y carretas y saca una paciencia impresionante que yo he ido perdiendo con los años ante las injusticias y el retraso social...
Sobretodo cuando habéis de tener muy claro que, ¡¡¡vuestra libertad termina donde empieza la mía hijos de p**a!!! Y yo vengo al cine para disfrutar de la película en pantalla grande sin tener que aguantaros o escuchar las mierdas que haríais en vuestra puñetera casa.

Ahora bien, voy a relatar 3 casos en los que mi hinchada de huevos no pudieron aguantar más y casi genero gresca con esta gentuza (que a veces pienso está en su naturaleza ser unos malditos bastardos sin alma ni educación).

 

CASO 1 - De las más recientes - La vieja del visillo que no se murió por hablar constantemente en una película de 3 horas:
Las más recientes, (fijáos si hace tiempo que apenas he vuelto al cine) fue con "AVATAR - El Sentido del Agua". La primera película fue especial para mi, ya que fue la primera película en 3D que vió mi padre. Y alucinó. Disfrutamos la película entera y él se maravilló por el efecto 3D y esos paisajes tan maravillosos que nos ofrecía la cinta...

Pues bien, la segunda entrega más de una década después la esperaba como algo superespecial para repetir la experiencia con él y acompañarlo con mi pareja. Y si encima añado que además pudo venir mi hermana, pues mejor.
En nuestra fila, la disposición en la que estábamos de izquierda a derecha (porque este orden lo quería yo así) mi pareja, yo, mi padre y mi hermana. Ya que quería a mi pareja y a mi padre a mi lado, yo estaría entre los dos. 
Pues bueno, llegaron una señora mayor y una chica de mi edad, sino más joven y se sentaron al lado de mi pareja a su izquierda (quedando el pasillo a la izquierda de estas 2 recién llegadas).

Se pasaron todo el rato de los traileres hablando sin parar y yo ya me olía por donde iba a ir la proyección. Se lo comento a mi pareja y ella hace gesto de disgusto indicando que no diga nada y que pase del tema...

Empieza la película y lo único que escucho durante los primeros minutos son susurros y comentarios por mi lado izquierdo... Aguanté 40 minutos antes de incorporarme para que me vieran las dos y decirlas: "Por favor, les oigo más a ustedes que a la película...". La chica joven me miró y no dijo nada, pero la pu** vieja hizo caso omiso y no se dignó siquiera a mirarme.

¿Creéis que se calló? La muy cabr**a siguió hablando y exclamando mierdas sin parar todo el metraje. 3 veces les tuve que llamar la atención, y en la tercera la nieta encima se puso digna y me salta: "Pero a ti que te pasa?" y mi respuesta acalorada fue "Que oigo más los comentarios de tu abuela de fondo que a la película!!".
Tuve que cortarme y bajar los humos porque mi pareja me agarró el brazo y me frenó... Eso sí, cuando se acabó la película fueron las primeras en salir de la sala no fuera que alguien les dijera algo por el puñetero cáncer con metástasis que fueron. Y suerte tuvieron que les había tocado la escalera a su izquierda porque si hubiese habido más gente no sé si alguien más le habría dicho algo...
 



CASO 2 - Cars 3 - Los niños hiperactivos que gritan en medio de la sala y saltan de una butaca a otra sin que su puñeteros padres les digan o hagan algo "porque son niños":
(Mirad, la frase "es que son niños", me cagoen vuestra puta vida!! Me cago en vuestra puta estirpe!! Y me cago en todos vuestros antepasados a caballo mientras me meo en sus puñeteras lápidas!! No hay frase de vagancia y justificación que más me joda que la de un progenitor inútil que no sabe educar a sus hijos saliendo la generación de cristal que estamos sufriendo con la última hornada de niños idiotas y adolescentes de papel que están saliendo...)
 
Esta peli me la destrozaron... Quise redimir una espina de mi corazón, y además de impedírmelo esta película me la destrozaron. 
La primera no fui al cine a verla en su día porque con prejuicios "me parecía una película absurda de coches que hablan". Pero cuando se estrenó en DVD/BlueRay y la vi, me pareció una obra maestra que me hizo emocionarme varias veces. De hecho, para los veteranos del blog, ya sabéis que se convirtió en mi película de animación 3D favorita junto a "Como entrenar a tu Dragón".
Y es que, el papel del personaje de Doc interpretado por Paul Newman en esa película me pareció magistral para el desarrollo de la historia del propio Rayo McQueen.

La segunda película sí que fui al cine a verla y fue una MEH... Bastante mala que no me gustó demasiado... Así que cuando vi el primer TEASER de la tercera (ya que ni siquiera quise ver el Tráiler para ir virgen a la sala) supe que la saga había vuelto al origen establecido en la primera película y me froté las manos ante lo que podía llegar a disfrutar en el cine.

Por desgracia no pudimos sacar con antelación las entradas y fuimos a verla con las que nos pudieron dar en taquilla...

Estábamos en un lateral de la sala, y a saber de la disposición de Izquierda a Derecha:
PASILLO - Yo mismo - Mi pareja - Una madre - Su hija pequeña, que tendría 5-6 añitos - 2 asientos libres - PARED.

Pues empieza la película, y yo doy por hecho que al ser una peli de este calibre el público va a ser infantil. Como era de esperar, sabía que habría ruido y voces de niños molestos en la oscuridad... Pero lo aceptaba. Es más, me había mentalizado para que ello no me fastidiara la experiencia e iba más que preparado...

Pero tócate los coj*nes que a pesar de haber ido motivado y aceptando el murmullo y voces infantiles de fondo, no estaba en absoluto preparado para lo que nos pasó de verdad...

Dos filas más atrás de donde estábamos sentados, había un matrimonio con sus 3 hijos. (Un recien nacido con menos de un añito que estaba sentado en las piernas del padre, y 2 niños hiperactivos de entre 5-6 años el primero y 7-8 años el segundo).
Los hijos no callaron durante la película. Lo entendía e incluso aceptaba porque venía mentalizado para obviar todo ese ruido de fondo...
Pero cuando los niños empezaron a ponerse de pie en las butacas, a pegar saltos contra el suelo y el pasillo de escaleras, a saltar de las butacas donde estaban a las de enfrente suyo donde no había nadie. Y a grito pelado de "CORRE MCQUEEN!! CORRE!!" pegando patadas a las butacas y tirándose al suelo supe que las cosas iban a ir mal. Y todo esto ante la; imagino que; impávida mirada de todos los que les rodeábamos...

Lo más cojonudo de esta situación fue que ninguno de los 2 padres se les ocurrió llamarles la atención y enseñarles modales para sentarlos en sus asientos en ningún momento, no... ¿Para qué? ¡¡Mejor dejar que hagan lo que les de la puta gana sin rendir cuentas ante nadie y crear unos futuros delincuentes!!

Volvió a hinchárseme la vena (a la par que los coj*nes) y me giré ante esta familia pidiendo por favor que les hicieran callar a esos críos que había más gente que intentaba ver la película.

Pero no sé a veces si cada persona tenemos una percepción de la realidad distinta en ciertas situaciones que estos padres me miraron y no me dijeron nada. Como las vacas que miran el tren y siguen masticando... (No se ahogaron comiendo no...).

Total, el silencio obtenido por mi intervención duró apenas 2 minutos. Porque los niños empezaron a gritar de nuevo y a pegar saltos por las butacas...

Volví a girarme y a increparles por favor una llamada de atención, y el padre que sostenía al bebé se atrevió a responderme: "Pero qúe dices tú!!!??? Son críos pequeños!!!"
Y me salió del alma responderle: "Toda la sala está repleta de críos pequeños y no se les oye. Y a nuestro lado tenemos también a una niña que no ha dicho ni una palabra. Lo que no se puede es dejar que griten y hagan lo que les de la puta gana en una sala de cine con más gente a la que estáis molestando!"

El momento miradas que se produjo entre el padre y yo me puso tenso, ya que sentía como empezaba a brotarme la adrenalina desde los tobillos hasta la cabeza como cuando en mi adolescencia tenía que enfrentarme a una pelea para defernderme del Bullying.
En ese momento de calentón y mala ostia, mi pareja me sujetó el brazo, y al mismo tiempo el padre lanzó un suspiro y miró hacia su bebé dejando de mantener contacto visual conmigo.

Los niños energúmenos dejaron de pegar saltos y armar escándalo. Pero a los 5-10 minutos el bebé se puso a llorar a grito pelado, y esta familia acabaron marchándose de la sala para no regresar. Cosa que me alegró sobremanera. Sin embargo ya me habían amargado la satisfacción de la peli, y no pude reengancharme a los sentimientos que me provocarían el resto del metraje.

De todas mis malas experiencias en el cine, esta película me jodió sobremanera. Ya que a nivel dramático y de historia es tan buena como la primera y sin embargo no he conseguido conectar con ella incluso habiéndola visto por mi cuenta tiempo después.
 


CASO 3 - Spiderman - Far From Home - La niña pendeja que pone los pies en el respaldo de mi butaca y me está pegando pataditas durante un rato largo:
Este caso es similar al anterior en el hecho de que una madre con su hija maleducada poniendo los pies encima de la butaca ajena, y no es capaz de llamarle la atención. Es que no se dignó en decir nada.

Durante los anuncios y los tráileres, la niña ya estuvo pegándome pataditas en la butaca. Algo que me hizo girarme para mirarla y mirar a la madre. Pero no sucedió nada.

Las pataditas siguieron intermitentemente. Empieza la película, y estas cesan. Al primer cuarto de hora, vuelven otra vez... Me giro y le digo susurrándole a la madre: "Disculpa, puedes decirle a tu hija que no ponga los pies en mi butaca, me está pegando patadas y me está molestando..."
La mujer con aparente tono molesto responde con un: "Sí, perdona..." Pero no le dijo nada a su hija. Ni que quitara los pies, ni siquiera le hizo un gesto para quitárselos ella. Eso sí, la niña al haberme oído bajó los pies y parece se calmó un rato...

Pero apenas 20 minutos después, en la escena de los Drones y el Autobús (más o menos) vuelvo a sentir como apoya los pies en mi butaca. No le doy importancia porque parece que al menos no me pega patadas...
Y en el momento en el que Parker destroza los drones y salva el bus, vuelve a empezar a darme patadas a la butaca.

Esta vez no me giro... Aguanto unos minutos más a ver si cesa, y cuando veo que no, echo la mano para atrás y agarro el pie de la niña por el tobillo dándole un susto que hasta su madre se sobresaltó...

¿Y lo que hicieron que fue? En vez de que la madre asuma su responsabilidad y le enseñe modales a su hija, no... Con sus 4 ovariazos (2 de ellos en desarrollo) se levantaron de su butacas y se movieron 3-5 espacios hacia la derecha que tenían butacas libres...

Ya me quedé tranquilo... Pero por el rabillo del ojo reparé en que la niña siguió poniendo los pies en la butaca de enfrente, y la gente que estaba delante ni siquiera hizo por decir nada...

Y es que es esta indiferencia de la gente, y la aparente falta de educación de los padres ante este tipo de acciones son las que perpetúan que las cosas no mejoren y cada vez vayan a peor. Porque no me toques los coj*nes, tú cuando vienes al cine, ¿no vienes para disfrutar de la película? ¿No se te cae la cara de vergüenza, ni te genera ansiedad que puedas estar jodiéndole la experiencia al prójimo con quien compartes la sala?

De verdad que me lleva a los demonios este tipo de gentuza en las salas. ¡¡No estás en tu pu*a casa!! ¡¡Compórtate o vete a tomar por el c**o!!

Os lo aseguro que firmaría porque nos pusieran juguetes de tipo SAW a todos los que vayamos a ver una película al cine (da igual la edad que tengas). Pero tan pronto te pongas a joder al prójimo, o que por omisión de hacerte valer como padre dejes que tus hijos jodan al prójimo, que estas máquinas se activen y a tomar por cul* con la gente molesta.

De verdad que esta mierda saca lo peor de mi. Tanto así, que he renunciado a volver a las salas tan regularmente como lo hacía antaño. Ya que estamos llegando a un plan; cada vez más real; de una sociedad; cada vez más podrida en cuanto a valores; que los mayores dones que tenemos se están viendo enturbiados y destrozados por este tipo de acciones, indiferencias y faltas de empatía hacia el prójimo.

Es que es más, si yo hubiese nacido rico, o pudiera costearme mi vida, tengo muy claro que me montaría un negocio deficitario teniendo en cuanta la situación actual. Es decir, montaría un cine de crudas y dictatoriales reglas para el público que beneficiaría unicamente a los que vienen a disfrutar de verdad de una película...

Lo que se dice un cine para AMANTES del séptimo arte de verdad. Donde no dejaría pasar a la gente más que con la bebida. Sin críos, y donde habría 3-4 acomodadores por sala en plan "NINJA TASK FORCE" vigilando al público para echar a los que molestaran. Pero claro... Por desgracia no puedo hacer eso, porque hay leyes que cumplir a las que mi cine estaría sujeto, y eso me impide siquiera soñar con una idea como esta porque sería un negocio que no podría ver la luz.

En fin...

Cada día que pasa puedo menos con cierto tipo de personas...
 
 
Por esta creciente moda de ser un cretino pienso cada día más que el hecho de ir al cine se está echando a perder como un evento especial a disfrutar, y es que, además del precio prohibitivo de las entradas y los snacks que puedes comprarte en las salas, si de serie siguen proliferándose y reproduciéndose como esporas toda esta fauna de personas que vienen a la sala unicamente para joder al prójimo, pues apaga y vámonos!!!
 
ACTUALIZACIÓN 19-05-2024:
Añado vídeo de DanielFez como resumen que ilustra esta entrada llena de bilis:
 



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