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martes, 9 de abril de 2019

La putada de crecer no es madurar...


Hoy mientras repartía los folletos de mi trabajo entre las personas de la calle, he llegado de imprevisto a un parque con columpios para críos.

Los que seguís este blog habitualmente; y más aún los que seguísteis el agotador pero increíble Proyecto 365 que empecé en 2017 y terminé el año pasado 2018; sabéis que tengo predilección por los columpios. Muchos de mis mejores recuerdos fueron en columpios, y aún a día de hoy siento ese cosquilleo en el estómago cuando pienso en las posibilidades que brinda uno de estos en nuestros ratos de ocio lúdico.

¿Pero por qué hablo de esto ahora? ¿Qué es lo que vi en este parque que no haya visto en otros?

Creo que las fotos son bastante esclarecedoras...

Un puñetero columpio con forma de autobús!!!

¿Sabéis hasta que punto habríamos donado hasta órganos si de txikis hubiera existido la más remota posibilidad de jugar en un columpio con forma de autobús?


No, va muy en serio!!

Much@s de nosotr@s simulamos jugar a conductores de autobús cogiendo un libro cerrado y usándolo de volante. Y si caía en nuestras manos algo redondo como un plato, apaga y vámonos!!!

Este columpio llega 30 años tarde para mí. ¿Y sabéis lo peor de todo? Que aunque tenga el don de mantener la mirada infantil de un crío para según qué cosas, he crecido lo suficiente para no poder entrar en ese columpio aunque sean 30 segundos para sentarme al volante y dejar volar mi imaginación...

En seriooooo!!!

Esto es frustrante!!!
Incluso con 18 años, aún jugaba con mi hermana pequeña a "Autobuses" con el propio Need Foto Speed 2, desactivando los competidores en carrera y activando el tráfico en carretera.

Es que de verdad, me jode cantidad no poder jugar con estas cosas aún rodeado de cri@s, sin parecer un enfermo mental a ojos de otr@s.

Porque os aseguro que de haber podido entrar en este bus, me habría sentado un rato en el asiento del conductor para darme el gustazo de sentir ese hormigueo en el estómago como cuando era txiki. Dándome igual quién pasará por la zona y me viera ahí sentado.


Siempre he dicho y creído firmemente que "las experiencias en nuestra vida nos forman como personas. Pero la actitud y el modo de ver las cosas ante ellas siempre han sido y serán decisiones voluntarias."

Pese a quien le pese, yo he elegido crecer y madurar conservando la mágica mirada infantil e ilusa que hemos tenido de pequeños. Y por ahora, me va bien. Ya que ello no implica inmadurez.

Eso sí, el crecer hasta casi alcanzar el metro ochenta me ha jodido de poder probar elementos modernos para críos que no existieron en mi infancia.

CAGONPUTIO!!!




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