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domingo, 9 de mayo de 2010

L4D1 - RELATO de un IMPOSIBLE en NO MERCY

Me he considerado siempre un pelín ansioso en obtener los logros de cualquier juego que caiga entre mis manos y me acabe enganchando. No obstante hay un par de logros que no me veré capaz de realizar hasta conseguir un equipo con el que lidiarlos.


Y estos son los logros de EXPERTO o IMPOSIBLE en la saga LEFT4DEAD. Hoy he intentado obtenerlos por mi cuenta en el MERCY del L4D1 con los bots como único apoyo. Y tengo que decir que hasta el capítulo del HOSPITAL ha sido un verdadero éxito. Ahí, un Tank nos ha jodido el asunto. Y bien es sabido que para conseguir ese logro no se ha de reiniciar la partida en ninguno de sus capítulos. En fin...


Sea como fuere, comienza aquí mi crónica de una batalla por la supervivencia:


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Me llamo Louis. Y esta es mi historia...


Capítulo 1 - Los callejones escondidos


Se acercan las 4 de la tarde. Es de noche, y en las calles colindantes al hospital Mercy hace un frío del cagarse. No obstante, nuestra templanza lidiando con las hordas de infectados, no nos hace reparar siquiera en la lluvia que nos cala los huesos. Tras una pequeña escaramuza que nos hace quedar sitiados en una azotea, vemos como un helicóptero recorre las calles en busca de supervivientes, mencionando por el altavoz un punto de recogida en el mismísimo hospital Mercy que vemos en la lejanía.


- Deberiamos viajar por los tuneles del metro al hospital. -Menciona nuestro combatiente veterano Bill- Por lo que sería aconsejable evitar las calles...


Tras equiparnos con los suministros abandonados en su muerte; por un hombre cuyo cadaver yace a nuestra vera; comenzamos a buscar una salida. Creo que el recorrido por estos apartamentos no será un viaje de rosas. Tras bajar 2 pisos, empezamos a ser visitados por infectados algo diferentes de los comunes que encontramos a cada paso que damos. El primero; un gordo mórbido y bastante desagradable a la vista, al oído y al olfato; sorprende a Francis regurgitándole la primera papilla humana que se habría merendado. Y en décimas de segundo, una horda de infectados empiezan a salir de todas partes para ir a por él. No sabemos muy bien el porqué, pero esas vomitonas de ese personaje tan desagradable atraen como moscas a estos enfermos más lejos de la vida que de la muerte.


Sin retrasarnos más de lo debido; y tras matar al infectado gordo; conseguimos llegar a la planta baja, que nos da acceso a la calle. Eso sí, hemos de salir por la puerta trasera hacia los callejones. Más que nada porque hay un vehículo enorme incrustado en la puerta principal. ¡¡Pobre diablo!! ¡Vete a saber lo que habrá sufrido su conductor!


Sin esperarme a observar, salgo decidido a la calle y otro infectado distinto a los comunes, se abalanza sobre mi. ¡Dios! ¡Sus uñas me están destrozando! Y mis compañeros se han encontrado con una pequeña resistencia en los pasillos como para alcanzarme a tiempo.


La primera en llegar a mi ha sido Zoey. Que a pesar de que me ha salvado de ese infectado de uñas largas no ha podido evitar que fuera incapacitado por él. Cosa que al levantarme solventa curándome con su botiquín. ¡El camino no va a ser tan sencillo como parece!


Seguimos transitando los callejones. Y aunque tenemos la suerte de encontrar algún suministro como pastillas para el dolor, una segunda pistola e incluso molotovs abandonados por los fallecidos en las calles; no tenemos tanta suerte por haber llamado la atención de pequeñas hordas que vienen a decirnos básicamente: "¡¡Eh chavales, más os vale ir ligeritos si no quereis caer en nuestras manos antes de llegar a vuestro destino!!" ¡¡Valientes cabrones no muertos!! No solo nos van desgastando entre escaramuza y escaramuza. Si no que encima se atreven a deleitarnos con dotes de agilidad que los Zombis de George A. Romero (el creador indiscutible) jamás representaron en ninguna de sus películas.


¡Dios! Tras la última escaramuza; justo antes de divisar la entrada al metro; hemos quedado bastante tocados. Es curioso que de un solo golpe de infectado podamos quedarnos con tan poca fuerza. Solo puedo decir que mis compañeros Bill, Francis y Zoey han utilizado sus botiquines. Y yo aún conservo el mío puesto que estoy tirando de pastillas para el dolor. Si llegamos bien a algún refugio lo utilizaré con mis compañeros. Más vale cuidar de ellos mejor que de mi mismo. Puesto que su apoyo incondicional será lo que decida nuestra suerte en este viaje apocalíptico.




Capítulo 2 - Los túneles bajo tierra


Hemos llegado al refugio. Y hemos decidido parar a descansar, puesto que nuestro primer paseo por los exteriores en el capítulo anterior nos dejó bastante tocados. Hemos utilizado 3 de los 4 botiquines que hemos encontrado en el refugio. Por lo que ahora mismo; contando el que portaba yo; contamos con 2 botiquines para seguir la aventura.


Bill, tras encenderse su siguiente cigarro, echa un vistazo a la salida tras la puerta blindada y exclama:


- ¡¡Los pasillos están plagados de zombis!!


¡¡Aaaamigo!! Los muertos vivientes van allá donde haya comida. Y un tunel donde cada día transitan cientos de Metros llenos de gente, puede ser un reclamo poderoso. En fin... Nos incorporamos todos, y tras una mirada cómplice nos lanzamos a la aventura.


Lo primero que decidimos hacer antes de pegar el salto y bajar a las profundidades de la ciudad, es limpiar la zona de entrada. Hay muchos zombis, y la experiencia anterior me ha enseñado que en manada son mortales de necesidad. Una vez desinfectada la zona, soy el primero en dar el salto a las profudindades. Y me toca decidir si bajar por unas escaleras, o seguir de frente para alcanzar un respiradero. Creo que el respiradero me parece mejor camino.


Tras salir del mismo y alcanzar la zona de Taquillas, me encuentro con un par de bombas caseras. ¡Esas sí que son útiles limpiando! Tras lanzar una de ellas, estas bombas emiten un pitido que atrae a todos los infectados comunes a un mismo punto. Casi, casi como la vomitona del BOOMER (ese gordo horondo recubierto de pústulas enormes y con grandes ataques de acidez). Pos bueno, tras lanzar las dos bombas limpiando un poco el camino decido coger el molotov que había cerca. Que aunque no es tan atractivo a la hora de atraer los infectados, seguro que le daremos buena utilidad.


Seguimos abriéndonos camino. Tras abandonar la zona de taquillas y llegar a la estación... (No quisierais saber como estaba la misma) ...comenzamos a escuchar un lloro. Hay una mujer llorando. Y es la segunda vez en la aventura que nos encontramos con un especimen así. Una mujer infectada. Con ojos brillantes como el fuego y dedos con uñas como sables. La última vez que vimos una casi me incrusta esas uñas por donde no da la luz del día. ¡¡Quita, quita!! Que siga llorando, que por suerte para nosotros no se interpone en nuestro camino.


¡¡Dios!! Que desolador... Fuego... Vagones volcados... Cadaveres de gente inmune; como nosotros; diseminados por doquier... Y una infinita población de zombis que están deseando darnos por el culo. No obstante, este trayecto ha tenido algo bueno... Hemos podido desechar las armas que portábamos por unas armas bastante mejores (rifle de asalto, escopeta poderosa de 10 tiros, y un rifle de caza con mira telescópica). Se ve, que el superviviente que yacía al lado de las mismas luchó como un león hasta el final. Sin mencionar que es posible que hubiera alguien vivo con él, puesto que está recubierto con una manta. O eso, o es signo de que otros supervivientes inmunes como nosotros se apiadaron de él en la muerte cuando pasaron a su lado y lo taparon.


¡¡Mierda!! El tunel de acceso está bloqueado por un vagón. Y además aparece un tercer tipo de infectado nada parecido a los comunes que me alcanza con su larga lengua. (Este último ya lo habíamos conocido en el capítulo anterior. Pero nunca llegó a alcanzarnos.) Mientras soy arrastrado por su larguisima y asquerosa lengua, mi viejo amigo el Hunter (el infectado no común con las uñas de un águila calva) se avalanza sobre mi para volver a darme donde más me duele. ¿Por qué siempre vienes a mi? ¿Es porque soy negro? ¿A mis compañeros no les tocas porque son blancos?


¡Dios! Ahora, aunque he recibido daños, no son tan graves, puesto que Zoey acaba con el cabrón antes de que me dejara inmovilizado en el suelo. Y Bill, con eso de que porta ahora su rifle de asalto, demuestra su gran puntería a distancia acabando con el infectado de la lengua larga. (Creo que haremos caso a Zoey y lo llamaremos Smoker. Más que nada porque al diñarla libera un densísimo humo. Cosa de la que me pregunto si será peligroso inhalarlo).


Bien... Tras viajar por el interior del vagón siniestrado al otro lado empiezo a escuchar una respiración que me inquieta. No se parece a nada de lo que hayamos oído antes. Sin embargo, de algún modo, me resultaba familiar. En fin, sin pararme a pensar en ello exploro la habitación contigua y me encuentro con otro par de bombas y un molotov. Cosa que nos viene al pelo, puesto que la siguiente habitación subiendo hacia una sala de generadores; está plagada de zombis. Limpio la zona con las 2 bombas y me equipo con el molotov. Y efectivamente llegamos a la gran sala con unos enromes generadores que salen del suelo.


Tras limpiar un poco la entrada, nos introducimos en la sala y la respiración agitada deja de serlo para convertirse en un rugido que SÍ conocíamos...


Ese bicho lo llamábamos TANK. Y no precisamente por ser el primo NO MUERTO del mismisimo HULK. Si no porque el muy hijoputa se lleva por delante cualquier cosa que encuentra. Asi que, tras lanzar el molotov que le prende fuego grito: ¡¡VAMONOS!!


Y empezamos como obsesos a correr deshaciendo todo el camino. Durante la carrera los pasos del tank, su respiración y sobre todo sus gritos por el fuego que lo consumían nos acechan cada vez más. Y tambien hay que decir que durante la carrera, mis 3 compañeros son abatidos. Cosa que no me preocupó demasiado, puesto que los infectados que abaten a los supervivientes que todavía no se van a comer los llevan a una sala cerrada. Así que podría rescatarlos si sobrevivo al TANK que aunque arde aún sigue corriendo tras de mí. Total, tras llegar a la zona de taquillas, mientras todo temblaba por el correr de esa bestia, le oigo gritar fuertemente hasta dejar de sentir sus pasos. Espero que el fuego del molotov le haya jodido bien al hijoputa.


¡Buf! Retomo el aliento por un momento; mientras vigilo que ningún infectado especial aparezca de la nada. Y de pronto escucho a mis compañeros gritar en una sala cercana. Tras liberarlos decidimos volver a rehacer el camino. Cosa que, habiendolo limpiado previamente nos sonaba familiar. Así que, sí, el paseo ha sido muy tranquilo hasta alcanzar la zona de armas. Mis compañeros retoman las armas que habían perdido en la escapada con el TANK. Y volvemos a alcanzar la sala de generadores. Pero... ¡mal rollo! Para poder continuar hemos de abrir una puerta cerrada. Y es automática...


No sé porque siempre nos tiene que pasar esto a nosotros. Pos nada, nos equipamos con las pastillas + los 2 botiquines que aún conservávamos y activamos el panel que enciende los generadores. Y como era de esperar, llamamos la atención de los muertos vivientes que vienen a tocarnos las pelotas. Pos nada, como machotes a aguantar las oleadas en la sala de primeros auxilios. Cosa que me parece increíble no haber mencionado... En la misma sala, encontramos una Gatling que me vino muy bien para cubrir las entradas a la misma. De este modo mis compañeros podían cubrir el agujero del suelo que daba al piso inferior.


La batalla ha sido todo un éxito. Aunque Zoey ha terminado bastante tocada tras recibir algunos impactos de infectado, Francis la cura con el botiquin que portaba. Yo aún conservo el mío. Espero no necesitar usarlo en el máximo tiempo posible. En fin Pilarín... Seguimos avanzando y tras proveernos de munición en la sala de control superior repleta de armas, seguimos por los pasillos bajando al exterior. ¡No! ¡Otra vez en las calle no!


Tras bajar las escaleras que dan a la primera planta un BOOMER me regurgita encima, y no contento con dejarme convertido en el caramelo de los infectados comunes, mi grandísimo amigo el HUNTER se avalanza sobre mi para volver a incrustarme sus uñas. Huelga decir, que entre la horda y el Hunter que me incapacita por segunda vez, necesito de la inestimable ayuda de mis compañeros que me cubren de las hordas hasta que pueden levantarme... ¡Genial, ahora toca gastar el último botiquín que llevamos!


Con mala saña salgo al exterior y tras gritar a mis compañeros que corramos sin parar, descubrimos un refugio en la casa de empeños. ¡Bien! ¡Lo conseguiremos! Aunque tan pronto canto esa victoria, una mini horda de infectados nos cierra el camino. Pero me siento tranquilo puesto que es despachada rápidamente con la fuerza de fuego conjunta de los 4. Alcanzamos el refugio y decidimos descansar un poco.




Capítulo 3 - Las cloacas


Este viaje puede con nosotros. Aunque nos hemos curado ya unas cuantas veces, empezamos a notar el cansancio en nuestros cuerpos. No sabemos muy bien cuanta distancia quedará hasta alcanzar el hospital Mercy. Solo sabemos que vamos por el buen camino siguiendo nuestra orientación. Que para desgracia del grupo, la mía es pésima. En fin... Salgamos de esta habitación y lleguemos a ese estúpido hospital de una vez.


Tras salir, aunque vemos zonas que podríamos explorar, hemos aprendido que cuanto más nos quedemos en un sitio más amigos muertos nos visitarán. Por lo que corremos por los callejones hasta alcanzar una especie de cafetería, y en el esterior un aparcamiento de camiones con una gasolinera.


¡Un momento! ¿¡No me jodas que vamos a tener un segundo TANK en nuestra aventura!?


Pos efectivamente... El muy hijoputa estaba escondido tras uno de los camiones. Y al verme comienza a correr como un poseso. Eso sí, antes se detiene a lanzarme pedruscos... ¿Ah sí? ¿Sabes que estás muy cerca de la gasolinera? ¡¡Toma esto cabrón!! Disparo a uno de los depósitos y sucede una enorme explosión que aunque no mata al bicho, al menos lo desorienta un poco. Estoy seguro que ha sufrido daños. De nuevo, y tal y como hicimos en la vez anterior. Comenzamos a correr deshaciendo el camino que ya habíamos andado. No obstante Zoey es alcanzada y Bill al intentar ayudarla. Los únicos que aguantamos en pie somos Francis y yo. Total, en el momento ESCAPADA, encuentro un molotov que antes no había visto. Por lo que me viene de puta madre para prender al Tank como una cerilla. Aprovecho entonces que mientras juega a pillar con Francis encendido como un fósforo, yo puedo alcanzarlo por detrás y descargar sobre el varios cartuchos de mi rifle de asalto. ¡Bien! Ha caído. Levanto a Francis y juntos vamos a rescatar a Zoey y Bill que estan de nuevo encerrados como comida almacenada en una habitación cerrada.


Bien, ahora solo queda volver a recuperar las armas y activar una escalera-ascensor-andamio automático que nos dará acceso a un edificio por el que tenemos que pasar para acercarnos más al Mercy. ¡Dios! Espero que esta escalera automática sea silenciosa... Activo el botón y efectivamente... Tal y como dictaba Murphy en sus leyes, si tenía que hacer ruido para darnos por el culo, podemos estar tranquilos. Que lo hará...


En fin... Lejos de lo que mucha gente pueda pensar, decidimos combatir contra las hordas sin salir del andamio automático. Ya que correr por la tejabana hasta alcanzar nuestro edificio objetivo nos dejaría bastantes flancos sin cubrir. Y puesto que estas hordas no suelen ser infinitas, preferimos aguantar como campeones subidos en el andamio hasta tener el camino libre para recorrerlo sin problemas.


Tras la escaramuza, damos con una especie de pequeña oficina y con otra sala de primeros auxilios. Nos proveemos de munición y de pastillas para el dolor y avanzamos hacia un almacen. (Suponemos que contiene los palés de materiales que se cargarían en los camiones de fuera). En fin, terminamos de atravesarlo y damos con otra puerta trasera que nos lleva de nuevo a unos callejones con escaleras. No sé... Por el aroma, me parece que este camino nos lleva al sistema de alcantarillado de la ciudad. ¡Genial! No bastaban golpes, sangre, vomitonas y violencia por doquier. Ahora tendremos que llevar una fragancia a heces que no será ni normal...


En fin... De nuevo disparos y mas disparos en pos de abrirnos camino. Y cuando llegamos al fin a las alcantarillas un Boomer nos sorprende potándonos encima. Cosa que junto con mi amigo el Hunter nos hacen la Pascua de verano. (Para variar, el Hunter incapacita al único negro del grupo). Menos mal que de los 4 que luchamos, BILL (el más herido de todos) continúa en pie. Así que, tras levantarme, se dirige a Francis. Y yo; que no siendo tonto; me dirijo a Zoey.


Experto1.jpg


Sé que solo tenemos un botiquin. Y que debería curar a Bill por su aguante en la última escaramuza. Sin embargo, puesto que ninguno de mis compañeros porta una bomba o molotov, decido curarme yo para limpiar el camino y proteger al grupo.


¡Genial! Estamos casi en la salida, y si nuestros cálculos son correctos, la entrada al Mercy debe estar de frente. ¡Pos nada! Subamos las escaleras y lancemos la bomba para limpiar un poco la zona que hemos de superar todavía.


Es curioso, porque a medida que avanzamos, el compañero más herido y que más cogea es Bill. Y sin embargo también es el que más ha aguantado como un jabato las últimas escaramuzas. En fin... Veo el refugio y como alma que lleva al diablo me dirijo corriendo a él. Sin embargo unos amigos infectados que no fueron alertados por la bomba me esperan y me bloquean el camino. No importa. Acabo de curarme antes de subir por lo que los despacharé rapido.


¡Y una mierda! Un jodido Boomer aparece en la habitación contigua y tras pringarme entero, esos 10 infectados se convierten en 30. Vuelvo a ser incapacitado mientras sigo disparando sin cesar para limpiar el camino a mis salvadores que venían cogeando diez pasos atrás.


Tras levantarme; no sin el dolor consecuente; entramos de lleno al refugio y cerramos la puerta para sobrevivir luchando un día más.




Capítulo 4 - No he llegado tan lejos, para morir ahora


¡Es increíble! ¡Estamos en el Mercy! ¡Así se hace!


Intento mantener un estado de ánimo que contagie a mis compañeros. Pero estamos tan lacrados por los capítulos anteriores que hemos gastado los botiquines que teníamos disponibles aquí. No sé. Seamos optimistas. Estamos en un hospital. Aquí debiera de haber botiquines a tutiplén. En fin. Los rostros de Francis y Zoey son un poema. Incluso estando saludables tras haberse curado sabemos que no va a ser nada facil alcanzar la azotea. ¡Efectivamente! El rescate debe ser en la azotea. Y estamos en la planta baja para un hospital que así a ojo tiene que tener 30 pisos.


- Bueno... -Suspira Zoey- ...al tajo.


Abrimos la puerta del refugio y lo primero que vemos son estrechos pasillos completamente plagados de infectados con ropa de hospital. ¡HE ODIADO LOS HOSPITALES TANTO COMO LAS IGLESIAS! Y sin embargo mi esperanza de vida se resume en un hospital cuyo aroma a DESINFECCIÓN ESTERIL y ANCIANIDAD se ha sustituído por el de INFECCIÓN ZOMBI y MUERTE.


Aunque nos preocupamos más de abrirnos camino intentando que no nos golpeen esos malnacidos, tengo tiempo de reparar en la cantidad de cadáveres repletos de insectos que decoran los fúnebres pasillos. No me puedo creer que esto esté pasando. Yo... Que era informático en la empresa donde trabajaba. Y aunque tuve el placer de pegarle un tiro en la cabeza al hijoputa de mi jefe cuando se transformó e intentó comerme, siempre he disfrutado con mi puesto de trabajo. Y ahora aquí me encuentro, luchando por mi supervivencia en pos de un futuro incierto.


¡¡HIJOS DE PUTAAAA!! Descargo varios cartuchos de mi rifle de asalto contra los infectados en horda que habían aparecido. Y aunque acabo con gran parte de todos ellos, otro grupo de estos engendros me alcanzaron por detrás dejándome en mínimos mi energía. Menos mal que Zoey se ha hecho con un botiquin y me cura. En fin, decido recargar de nuevo en el refugio, puesto que no habíamos avanzado mucho y ya podía escuchar de nuevo la agitada respiración de un jodido Tank. Menos mal que la experiencia me ha enseñado a guardar un molotov para estas ocasiones. Solo hay algo que me preocupa más que el Tank y es...


Que con unos pasillos tan estrechos y sin oportunidad de tomar desvíos para machacarlo podemos ser carne de sus puños. En fin... No queda otra. O somos pasto de las hordas que nos van detectando por doquier, o luchamos contra el tank para intentar llegar a la azotea y sobrevivir.


En la segunda planta, la respiración se hace más audible. Y puesto que el camino por las escaleras está bloqueado tenemos que atravesar la planta. Al entrar el Tank ruge y empieza a perseguirnos. No tenemos escapatoria... Lanzo el molotov al suelo para que el muy tonto se prenda con él, y empiezo a correr con mis compañeros deshaciendo el camino. Quizás con un poco de suerte el fuego lo consuma antes de que nos alcance...


Sin embargo, ¡ay angustia! ¡Dolor! ¡Muertos collados...! El bicharraco nos va jodiendo uno a uno. Y eso que nosotros le disparamos sin cesar. El último de mis compañeros en caer es Bill, que cae frente a la puerta del refugio. Y puesto que yo no tengo otra salida, intento en vano entretener al Tank con la puerta blindada. Sin embargo, sin la barra de metal del principio esta puerta cae de un solo puñetazo y yo caigo acto seguido de un segundo ostiazo. Muy a mi pesar de haber preparado con la escopeta de 10 tiros que es bastante más efectiva contra este mostrenco. Pero nada, no ha sido posible. Hemos caído los cuatro.


Experto3.jpg


¡¡He odiado los hospitales tanto como las iglesias!! Y ahora como una ironía vengatíva de la vida voy a acabar escribiendo mis últimas palabras yaciendo aquí. En el suelo de uno tan frío como la baldosa y tan sucio como los cadáveres que porta. Si bien es cierto que mil pensamientos se abarcan en mi mente, solo uno es el que me precupa ahora mismo...


Y es que... ¡¡¡ALGÚN DÍA VOY A CONSEGUIR TERMINARME TODA LA CAMPAÑA DEL NO MERCY EN IMPOSIBLE-EXPERTO PARA DAR POR EL CULO AL MUSCULADO CUERPO DEL TANK!!! ¡¡Aunque eso implique COGER UNA INFECCIÓN DE CABALLO ZOMBI!!



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1 comentario:

Botiquin
10/5/10
Muy buen post!

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