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lunes, 21 de abril de 2008

El encuentro. By Russell (Relato corto escrito el 20-05-05)

Ella era...


Sin embargo nadie lo vio. Nadie se detuvo a preguntar. Era una extraña. Y ni siquiera el vínculo que le ataba a su familia era lo suficientemente fuerte como para que alguien la conociera de verdad o al menos se interesara por ello.


La oscura noche en las calles del barrio no era algo que la preocupara especialmente. Si algo le pasaba al permanecer sola, a ¿quién le importaría? ¿Alguien querría buscar la venganza cortando las cabezas de alguno de los responsables? No. Ella diría que no...


La noche se había refrescado notablemente. Sin embargo la sobrecarga de pensamientos en su mente, y la de sentimientos tristes en su corazón, la hacían inmune a cualquier temperatura por debajo de los ocho grados. El sonido de sus pasos; mientras se hacía camino a su paisaje favorito; era ensordecedor. De vez en cuando alguna lágrima se le escapaba y moría estrellada contra el suelo.


<<¿Qué importa? Es una simple lágrima. Nadie la va a echar de menos.>>


Había llegado a su destino. Durante unos instantes permaneció inmóvil ante el paisaje que se le presentaba delante. Lo había visto centenares de veces. Y siempre que subía para verlo de nuevo, era como si realmente fuera nuevo para ella. La inmensidad de las farolas nocturnas que adornan todas esas desconocidas calles de la lejanía. La oscuridad final del sitio donde se encontraba de pie...


<<Bienvenida a casa señorita...>>


Una bienvenida que las mencionadas farolas de la lejanía le brindaban al corazón en pena. Ese lugar era el único donde tenía compañía. El paisaje, la barandilla y los dos bancos que allí se encontraban era lo único que necesitaba para evadirse y ser feliz fugazmente. Siempre había subido sola. Y en la remota posibilidad de que alguien se preguntara dónde estaba, nadie lo sabría.


<<No merece la pena. ¿Quién soy realmente? ¿Por qué sigo en este maldito agujero?>>


Su corazón no sentía cabida en ninguna parte. Durante las celebraciones familiares la muchacha permanecía en silencio. Sus primos, primas e incluso tíos y tías habían formado una piña entre ellos; y su presencia pasaba inadvertida. Silencio entre risas, anécdotas y comentarios. Y cuando parecía que alguno de los familiares iba a cederle algo de atención siempre surgían los comentarios y las risas respecto a un evento.


Vanos intentos de escalar el accidentado iceberg que se habia formado entre la muchacha y sus allegados. Hasta llegar a la cima en un futuro lejano sería un corazón forastero entre su propia familia.


Había pretendido varios corazones. Todos ellos sin éxito. Y los que se le acercaban eran corazones egoístas promovidos por el interés. Un par de estos corazones le provocaron un profundo dolor. Ya que le mostraron las falsas esperanzas de que alguien se interesara en conocerla. Y una vez terminado, era incapaz de quedarse con un pensamiento de optimismo frente a una futura relación.


Entre la gente de su cuadrilla tan solo podía destacar a alguna de sus amigas y un amigo muy especial...


...Si se cumpliera la ley de que todo el mundo tiene un “mejor amigo” el de esta chica sería este joven. Ella le quería mucho y sabía que él haría cualquier cosa por ella.


¿Por qué no pretenderle entonces?


No podía. En lo más profundo de su corazón añoraba el estar durante horas abrazada a este muchacho. Sin embargo, y como era de esperar, el corazón del muchacho suspiraba por otra mujer. Lo cual, a nuestra protagonista se le caían las alas al pensar en ella. Y se le oscurecían los pensamientos si se hacía ilusiones al pensar en él.


No obstante, algo había sucedido en la vida de su mejor amigo. Ya que el contacto entre ambos se perdió durante semanas. Y a día de hoy aún no sabia nada de él. No sería por las veces que ella había intentado localizarlo vía móvil y no daba señal. Tampoco se encontraba nunca en casa y desgraciadamente no sabía dónde trabajaba.


La dolía. La dolía toda esta intriga con las incógnitas frente a él, y añadiendo el sentimiento de frustración que ahora le embargaba al preocuparse por la gente y sin embargo no ser correspondida nunca con un pequeño <<cuéntame, ¿qué has hecho hoy?>>


Este dolor; repetido eternas veces en el tiempo; le llevó a desistir de buscar a nadie. Si para la gente era una desconocida, que así fuere eternamente hasta el fin de sus días.


<<Qué se joda la gente!!! Ellos se lo pierden!!!>>


La noche se terciaba cada vez más fresca. Y la señorita se encontraba sentada y recogida de piernas al borde del barranco; que se extendía a lo largo de todo el paraje; mientras una gran cantidad de lágrimas corrían por su rostro hasta estrellarse en sus pantalones.


Su mente fantaseaba la posibilidad de ser un ente. Moverse por doquier, y sin ninguna muralla que se lo impidiera. Sería un espíritu libre. Sin embargo al abrir los ojos y levantar la cabeza, la realidad era otra. Encerrada en un pútrido cuerpo de carne y huesos. Donde el hedor que a veces percibía; ante el pensamiento y el odio que empezaba a sentir por la raza humana; le podían nublar los cuatro sentidos restantes y doblegar su mente a lo más profundo de su ser.


Siempre sin olvidar que había una constante en su vida, y esta era la de seguir soñando con darse a conocer y ser amada por alguien tal como ella era.


<<Estoy sola... ¿Por qué voy a engañarme? ¡¡¡¡NADIE SUBIRÁ AQUÍ Y ME DIRA LO MUCHO QUE ME HA ECHADO DE MENOOOOOOOSSSS!!!!>>


La suave brisa que corría por la zona se llevó el grito de la joven. La cual rompió a sollozos cada vez más intensos.


Todo el mundo da por hecho que la vida es como la pintan. Al 98% de los sucios mortales de esta Tierra les enseñas un lapicero y te dirán <<LAPICERO>>. Y solo un 2% verá más allá. Les muestras un lapicero y ellos te dirán <<Arte. Con esto podemos dibujar un bonito cuadro.>>


Y lo más triste de todo, es que ese 98% mirará con extraños ojos al 2% restante. Puesto que son “raros” para ellos.


A veces la belleza y lo magnífico se encuentra en lo que la gente NO NOS DEJA VER. Puesto que para este tipo de personas es lo único que les queda como suyo, como su hogar. Seguramente porque sus corazones de un modo u otro han sido pisados por ese 98%.


Llorar limpia el alma.


Y la muchacha se debía de encontraba levemente mejor. Seguía estando sola. Pero al menos había desahogado una parte de esa carga. Carga que irremediablemente volvería a crecer en un par de horas. La tristeza era ya vieja compañera en las desventuras de la joven. Así que en cierto modo la echaría de menos si faltara.


Su rostro; empapado por las lágrimas; que aún no se había levantado de su apoyo en los brazos, comenzó a moverse. Y en cuanto sus ojos empezaron a vislumbrar algo del paisaje que tenía que disfrutar fue sorprendida con una voz que la sobresaltó por detrás:


- Cuéntame, ¿qué tal día has tenido hoy?


- ¿Qué? ¡¡AAAAHHH!!


Si no hubiera sido por los rápidos reflejos de la figura misteriosa, la joven habría caído por el barranco.


- ¿Qué haces tu aquí? -Preguntó ella sorprendida.


- Pues disfrutar este bonito paisaje y hacer compañía a una guapisima mujer que me parece estaba sentada llorando.


La muchacha sorprendida por ver al "desaparecido" de su mejor amigo a su lado; y en el lugar más inesperado; se sintió completamente abrumada. No sabía que decir salvo preguntar vagas oraciones que solo podía componer mediante preposiciones:


- ¿Qué? ¿Pero cómo?


- Bueno te explico. Eso sí, por favor cruza la barandilla y ven aquí al firme, que me da no sé qué verte ahí...


Tras cruzar el umbral con los ojos como platos, la muchacha se sentó en uno de los dos bancos junto al chico que comenzaba a relatarle.


- Antes de nada, quiero pedirte perdón por haber estado últimamente tan desconectado de ti. Bueno de todos. Pero principalmente de ti. Te conozco y no te merecías una desconexión así, sin avisar. Sin embargo necesitaba estar solo. Aclarar mis ideas sin rendir cuentas a nadie. Y decidir algo que repercutiría en mi vida...


La muchacha no había parpadeado todavía. Seguramente el frío de la noche le estaba protegiendo las córneas con el rocío evitando así el secado ocular. Pero ella no reparaba en nada. Solo quería escuchar lo que el joven tenía que contarle.


- Recuerdas a mi novia, ¿verdad?


- Sí... -Respondió la joven mientras sacaba suavemente el puñal helado que le acababan de incrustar en el corazón.


- Pues te equivocas. No es novia. Es ex...


- ¿Qué? ¿Cuando? ¿Cómo? -La muchacha volvió a paralizarse mientras las preposiciones volvían a hacer aparición.


- Sí. De un tiempo acá que la relación iba de capa caída. A pesar de que nos queríamos no hacíamos más que competir por nuestras diferencias y siempre acabamos haciéndonos daño el uno al otro. Por lo que tras sentarnos y hablarlo largo y tendido tomamos la decisión de que no éramos almas gemelas. Y bueno... No sé... La verdad es que lo pienso y es lo mejor que hemos podido hacer. Ya que lo bueno que había en la relación se había consumido ya. Es lo que pasa cuando la otra persona no es tu otra mitad. Que durante el comienzo todo es furor y entusiasmo. Pero a medida que pasa el tiempo el combustible se va agotando y no es posible repostar.


A la chavala el escuchar estas palabras la calmaban mucho, puesto que la parálisis cerebral sufrida por ver libre a su mejor amigo había sido muy fuerte. Recuperándose poco a poco pudo articular palabra.


- Normal. Yo siempre he pensado que cuando dos corazones se hacen uno, da igual lo que discutan y el tiempo que pase, siempre tendrán esa chispa del primer día. Es una lástima que la gente no crea en eso. Muchos se piensan que el amor es momentáneo, químico, y que luego, cuando todo ha pasado te acostumbras a la persona. ¡MENTIRA!


El muchacho entró en carcajada al ver como su mejor amiga se había alterado con sus propios pensamientos. Cosa que le pasaba muy a menudo, y le hacía gracia.


- Jejejejeje, ojalá pudiera la gente ver las cosas como tú. Siempre he dicho que tienes un don que pocos tienen y muchos desearían.


- Ya. Eso me has dicho muchas veces. Sin embargo, sigo sola. Solo atraigo a cabrones y gilipollas con la chorra en la mano, y no llego a conquistar a la persona que realmente quisiera.


- Bueno chica, esa persona quizá no haya abierto los ojos. Tú dale tiempo y ya verás como caig... ¡¡EJEM!! Cae en tus brazos... ¡¡CAE EN TUS BRAZOS!!


Un silencio se hizo de pronto. Hasta que...


- ¿Cómo me has encontrado?


- Bueno, no ha sido difícil. No estabas en casa. Y recuerdo tus historias hablando de paisajes pintorescos que te gustan, y bueno aquí en el barrio como tales solo disponemos de tres lugares concretos. Como sabía que no ibas a salir del barrio, pues he optado por el más alto de los tres. Puesto que a más altura más paisaje que ver. Y mira, no me he equivocado. Eso sí, ¡¡JODER QUE FRÍO!! Y eso que estoy abrigado de cojones, ¿y tu? Con ese jersey y ahí sentada sin moverte...


La muchacha se sentía confusa. Infinitas fueron las veces que había subido a este lugar o a algun otro del barrio y nadie había ido a buscarla incluso habiendo mencionado donde iba a estar. Y el que este chico estuviera ahora a su lado le hacía estallar en un sin fin de sentimientos. Tanto halago, como cariño, como preocupación de que pudiera ser un sueño lo que estaba viviendo y en breves le sonara el despertador.


- Y bueno, puesto que son las 3 de la mañana, se me están empezando a helar los mocos, y estoy empezando a temer por la circulación de mis extremidades, creo que deberíamos empezar a bajar. ¿No crees?


- ¿Qué? -Preguntaba la muchacha mirándolo fijamente sin haber pestañeado todavía.


- Que... Tienes buen gusto. -Cambió de tema el joven entre sonrisas- Este lugar es precioso. Parece mentira que toda mi vida viviendo en el barrio y nunca haya subido aquí. Tenías que haberlo compartido conmigo mucho ant...


No pudo terminar la palabra porque los labios de la joven se clavaron fuertemente con los labios del muchacho.


El silencio duró unos segundos. Tras separarse el muchacho completamente ruborizado balbuceó:


- Vayamos poco a poco, ¿vale? Yo te quiero cantidad. Pero tras lo vivido anteriormente quiero que sea... Como nuestra amistad. Vayamos paso a paso. Poco a poco... Conociéndonos mucho más de lo que ya nos conocemos pero sin prisas, ¿de acuerdo? De este modo haremos una base sólida a lo que ya nos procesamos mutuamente...


- De acuerdo, me parece genial. Es lo que realmente necesitaba.


Tras decir esto último, la pareja se dio un abrazo. El primero de los muchos abrazos que se darían de por vida.


Cada cual obtuvo una perspectiva diferente de la relación que iniciarían.


Para ella sería el comienzo de una alegría variable que comenzaría desde aquella noche. Lucharía por atesorar ese sentimiento lo máximo posible. Aunque a veces tenga; como en toda relación; que luchar contra las adversidades.


Para él sería el comienzo de una nueva etapa en la que conocería aspectos antes desconocidos de lo que es el amor verdadero, puesto que siendo los mejores amigos se comprendería perfectamente mejor que con otra persona de cero para solventar juntos los posibles problemas antes mencionados.


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miércoles, 12 de marzo de 2008

Mi temor era que me olvidaran... (Escrito 10-05-05 en homenaje a Cameron Duncan)


<<Mi temor era que me olvidaran...>>


Heme aquí sentado al borde de este abismo, deleitándome con la vista que me ofrecen los ahora insignificantes pueblos en tan extenso valle a mis pies. Soy el amo y señor de cuanto me rodea.


La brisa acaricia las lágrimas que son derramadas por el dolor de lo que se pudo hacer y no se hizo.


Mi mano derecha acaricia una vara de madera seca encontrada durante el ascenso.
¡¡Que realidad!!
Nacida de un robusto árbol con el que ha pasado más de la mitad de su corta vida. Ha recibido el sustento a través de su conexión filial con su padre.
Y llegado el día, sucede algo que corta ese enlace...


La rama; aún verde; cae estrepitosamente al vacío, hasta golpearse contra el suelo.
¡¡Bonita ley la descrita matemáticamente por el señor NEWTON!!
La rama aun sintiéndolo, no puede hacer nada. Tan solo el recuerdo entre padre e hijo en sus mentes será lo que se mantenga de por vida.


<<Mi temor era que me olvidaran...>>


¡¡Que silencio!! A veces tan incómodo para mis oídos...
Un águila sobrevolando la cima de este monte y mirándome de reojo busca su cena entre la espesura.
<<Siento decírtelo, pero por ahora yo no soy la cena de nadie.>>


Envidia te tengo por tu condición. Vuelas...
Y como tal habrás visto cosas que yo solo puedo soñar. Vivido momentos que no puedo ni imaginar. Sin embargo me consuelo pensando:
<<Jódete!!! Tengo microondas. No me hace falta aprender a volar para hacerme la comida...>>
Sin embargo, la realidad es que te envidio. Ya que ese conocimiento en el arte de volar se transmite por generaciones. Y yo...


¿Habré transmitido algo a alguien en toda mi vida?


<<Mi temor era que me olvidaran...>>


La soledad. Eterna compañera de la desdicha. Incluso privándome de la compañía de la persona que más he querido en esta vida, para subir solo, tú no desapareces de mi lado.
Y aquí tienes que estar.
<<He dicho que quiero estar solo. ¡¡¡¡¡¡VETEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!>>


’...veeeeeteeeee... ...veeeeeteeeee... ...veeeeeteeeee.../


El ECO de la razón repicando sobre el valle.
Me doy cuenta de que muchas de las acciones realizadas en mi vida han tenido repercusión entre mi entorno, como el eco que aún repica.



  • Ese primer beso con...

  • Las repetidas batallas de mazurcos en los recreos del colegio...

  • Esa primera vez en la playa, tras dejar de comer porque la comida se había llenado de arena...

  • Y todas esas pequeñas; pero enormes a su vez; muestras de afecto a la gente de tu entorno.

Todos estos momentos más lo que ahora no recuerdo han repercutido de algún modo en la gente que conozco. De eso estoy seguro...


<<Mi temor era que me olvidaran...>>


Hace tiempo practicaba el tenis, baloncesto y el Judo. Siempre con alegría hasta que:
<<Me temo que no tengo buenas noticias. Tienes 25 metástasis en ambos pulmones. La quimioterapia ya no sería efectiva...


...


Y en cuanto a su curación...


...


... nos hemos quedado sin opciones.


...


Lo siento.>>


Tan duras palabras me sesgaron con una guadaña el derecho de volver a practicar esos deportes.


Ahora me río.
Aquí y ahora.
Mientras sigo mirando el vuelo del águila en pos de su comida, y yo de mientras masticando este delicioso bocadillo de jamón.


Comienza a oscurecer, el sol ya está ocultándose tras el otro extremo del valle. Ese Sol que dentro de 5 mil millones de años agotará su combustible.


¿Qué hacer entonces cuando sabes que solo quedan 5 mil millones años?
¿Qué hacer entonces cuando sabes que solo te quedan 2 meses de vida?


Yo, por mi parte, ya he obtenido la respuesta...



  • Besar en los labios a esa chica que he querido desde que la conocí y nunca ha habido nada entre nosotros, salvo una gran amistad. (Ahora somos novios)

  • Hacer un viaje recorriendo Roma, Australia y Finlandia, lugares que siempre he querido conocer gastando todos mis ahorros en el mismo.

  • Y como guinda, un último desmadre con mi cuadrilla y todos mis amigos.

Nadie ha sabido nada de mi enfermedad por mi boca. Sin embargo de ese grupo de 40 hombres y mujeres solamente 8 personas han podido intuir que algo me pasaba. Y quizá por conocerme no han querido saber lo que era.


Hace 2 semanas de aquello. Y en estas dos semanas de plena dedicación a mi familia y mi novia en mi casa de veraneo es cuando he caído en la cuenta de que siempre estaré al lado de todos y cada uno de los que de verdad me han querido por como soy. Y no por lo que represento.


<<Mi temor era que me olvidaran...>>


El sol está apunto de ocultarse.
Pero...
Aún ilumina con fuerza y sin embargo ya está casi todo oscuro.
Creo que estoy empezando a sentir vértigo, porque me estoy mareando.


El águila comienza a verse borroso.


¿¿¡¡¡Para que voy a engañarme!!!??


Ha comenzado el viaje.


Mi cuerpo se desmorona de espaldas mientras aún siento la brisa en mis tobillos colgados al borde del monte.
Y como suponía, no estaba solo. Mi novia y mi familia han aparecido para arroparme entre sus brazos como despedida.


En la oscuridad, que me lleva, veo vuestros rostros como ángeles iluminados.


Lloráis...
Eso es bueno...
Significa que no me vais a olvidar...
Ni siquiera con el paso del tiempo...


Vuestros rostros empiezan a desaparecer, no sin antes dedicaros una última sonrisa por mi parte.
Una sonrisa que os invite a pensar que no os vais a librar tan fácil de mí. Os esperaré al otro lado de este océano de nubes que parece, tengo que recorrer en una barca.


Mi temor era que me olvidaran, pero creo que ya no hay nada que temer. Puesto que sin vosotros saberlo os he estado observando. Y he de agradeceros 3 cosas de importancia hasta que nos veámos de nuevo:



  • Esa estatuilla de ángel en el lugar donde tantas horas transcurría meditando en la cima del monte frente a la casa de verano. (Lugar de mi despedida)

  • Esa foto con toda la cuadrilla, enmarcada dentro del bar donde tantas horas pasábamos juntos.

  • Y esa última borrachera en mi honor incluyéndose voluntariamente la gente que, como yo, no bebía.

No me vais a olvidar, lo sé con certeza.


Y por ello quizás estoy en el sitio que estoy, aquí arriba. Un sitio merecido, según dicen, por el amor que todos me procesasteis en vida.


De corazón y alma os lo agradeceré en la eternidad de este viaje que todos recorreremos algún día.



Gracias.



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domingo, 2 de marzo de 2008

Alguien dijo una vez...

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"Quiéreme cuando menos lo merezca... Porqué será cuando más lo necesite..." Dr. Jekyll...



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viernes, 29 de febrero de 2008

Lo prometiste... (Relato corto escrito el 18/05/05)

<<Nunca perdí la esperanza.
Siempre luché por ver las cosas desde una perspectiva mejor.

Me hiciste una promesa...
...promesa que no cumpliste.

Y ahora debo luchar por vivir con ello cada día, y soportar el peso de lo que conlleva.>>
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Viernes 16 de mayo de 2008.

Este iba a ser un gran día...

La sensación de plenitud al levantarme de la cama, hacía que sonreír fuera poco para representar la alegría que sentía.

A mi lado descansaba un ángel. Un ángel con el que maduré. Un ángel que me salvaría de las garras del infierno y de las heladas manos de la soledad. Mi estrella al fin y al cabo.

Durante el aseo, mi mente pensaba en el fin de semana sorpresa que tenía preparado para ella. Por mi boca no había corrido palabra, sin embargo, podía vérseme alterado por algo concreto.

- ¡¡Egunon laztana!! -Fueron sus palabras al abordar el baño para orinar.- ¿Qué tal has dormido esta noche?
- Hum... Depende de la hora a la que formules la pregunta.
-Respondí con tono serio.
- ¿Y eso? ¿Has dormido mal?
- He dormido como los faros intermitentes de un coche. Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no...
- ¡Jajajajajaja! ¡Estás loco!
-Reía mientras tiraba de la cadena.
- Hum... -Respondía mientras la miraba de reojo con la cara enjabonada de crema de afeitar.- ¡LOCO POR TUS HUESOS!¡VEN AQUÍ!
- ¡NO!¡NATHAN NO!¡ME VAS A MANCHAR DE CREMA!
-Gritaba mientras intentaba huir de mis labios y el contorno enjabonado de crema.

- ¡HOMBRE!¡SI NO, NO TENDRÍA GRACIA!¡NO HUYAS VEN AQUÍ!
- ¡JAJAJAJAJA!¡NO!¡ALCANZAME SI PUEDES!
- No tengo prisa alguna, así que no voy a correr...
- ¡TE LO ADVIERTO!¡ESTOY ARMADA CON EL ATAQUE DEL CISNE!
-Gritaba jocosamente mientras alzaba las manos y la pierna derecha.
- Sí, sí, cisnes a mí... ¡ME LOS COMO PARA DESAYUNAR! ¡VEN AQUI!
- ¡NO! ¡JAJAJAJA! ¡SUÉLTAME! ¡JAJAJAJA! ¡NO, NO! ¡ME HAS MANCHADO! ¡JAJAJAJAJA! ¡NOOOOO!

Poco pudo hacer la estrella para librarse de mis manos, de mis labios y de mi cara enjabonada con espuma de afeitar. Por lo que a pesar de haber luchado durante unos breves segundos, al final, la defensiva guerrera se convirtió en una cálida musa que me correspondería a los besos que yo la estaba dando.

- Te quiero Nathan...
- Y yo a ti...
-Se hizo una pausa por mi parte hasta que- ...te querré más cuando te limpies ese horrible jabón que tienes en la cara.
- ¡Pero! ¡Serás asqueroso! ¡Pues hala! ¡Toma jabón! ¡Toma! ¡Jajajajajaja!
- Eres vengativa, ¿eh?
- ¡¡Ya me conoces!!
- ¡Por eso te quiero tanto!


Tras un último beso retorné al baño donde terminaría de afeitarme, para luego acudir al dormitorio y vestirme.

- Nathan, hoy, ¿qué vamos a hacer?


Esa pregunta me la esperaba con segundas. Aunque me hiciera el despistado y respondiera con evasivas...

- Pues supongo que dar un paseo, tomar algo, tumbarnos en la hierba tras observar que no hay cacas de perro alrededor...

...sabía perfectamente que hoy era nuestro aniversario. Cierto es que no estábamos casados; todavía; sin embargo llevábamos dos años juntos disfrutando de nuestras personalidades. Y hoy iba a ser un gran día, puesto que había reservado un fin de semana en un crucero. Tres maravillosos días junto a mi estrella disfrutando del cielo y las fiestas nocturnas a bordo de un transporte marítimo.

Quizá por ello haya estado muy casero últimamente, así como metiendo horas en el trabajo. Para poder sorprenderla con algo así.

- Vaya...
-Soltó suspirando mientras acariciaba decepcionada un peluche que yo mismo le regalé.- No pensaba que lo olvidarías.
- ¿Olvidar? ¿Olvidar el qué?
- No nada...
-Suspiró de nuevo.
- Vale. Oye reina, ¿me alcanzas lo que he dejado detrás de la puerta?

Un silencio se hizo. Ella, decepcionada por mi supuesto olvido, se dirigió a recoger lo que había tras la puerta.

- ¿Una maleta? ¿Qué coño has metido aquí dentro? -Preguntó extrañada.
- ¿Confías en mí?
- Nathan, ¡por supuesto que confío en ti!
- Entonces, vete al salón y ponte lo que allí te encontrarás.


Huelga decir, que extrañada se dirigió al mismo, y tras observar el vestido que había sobre el sofá, comenzó a correr para tirárseme en los brazos y besarme. Algo que provocó nuestra caída en la cama.

- ¡Sabía que no lo habías olvidado! -Exclamaba excitada.
- No, realmente no lo sabías. De hecho has creído que lo había olvidado, puesto que la cara te ha cambiado. Ahora sí, vístete con él y vamos, que nos están esperando.
- ¿Esperando?


Lo que ella aún no sabía era que uno de los compañeros de nuestro amigo Endika trabajaba como taxista, y que por petición del mismo Endika, hoy nos haría de chofer para llevarnos al puerto. Durante el viaje, estaba completamente excitada por lo que le iba descubriendo poco a poco. No paraba de hacerme preguntas sobre lo que le esperaba. Y cada vez más emocionada, intentaba obtener respuestas con chantaje emocional. Al llegar a puerto, pudo observar el “bote” donde iríamos a disfrutar de nuestros 3 días. Días que sin lugar a dudas no íbamos a olvidar. Y al verlo no hizo mención de palabra alguna y me estrechó fuertemente, mientras casi lloraba de la emoción.

Durante las próximas horas mi estrella no podría articular muchas palabras con sentido, puesto que se encontraba al borde de un colapso de alegría. Los besos, los abrazos, y los momentos de sorpresa al ir descubriendo zonas del barco, se sucedían sin cesar. Durante el día, paseábamos en cubierta mientras hablábamos sin parar. Si no era eso, tomábamos el sol en las tumbonas de al lado de la piscina.

En estos momentos era cuando ella decidía convertirse en un conguito al sol, mientras que, por mi parte, me convertía en anfibio bajo las profundidades de la piscina. Aunque también hay que reconocer que cuando la mojaba; mientras tomaba el sol; venía al agua a vengarse de mi. Durante la noche disfrutábamos de la cena y las inagotables conversaciones, para luego decidir entre bailar un rato, y en otros momentos estar en las tumbonas, mientras abrazados y en silencio observábamos las estrellas.

Todo era perfecto. Y nada de lo que pudiera suceder iba a alterar eso.

¿Nada?

Eso pensaba yo, y sin embargo al inicio del tercer; y último día en el barco; sucedió un atraco. La mayoría de los pasajeros se encontraban desayunando en el comedor, mientras que el resto aún dormía, o se encontraban fuera paseando. (Impresionante que cantidad de ricachones había, y nosotros siendo de clase más estándar no sentíamos cabida en este grupo. No es de extrañar, ya que 6 meses me fueron necesarios para poder preparar este evento.)

Nosotros habíamos pasado la noche en vela disfrutando del cariño que nos procesábamos. Por lo que decidimos no bajar a desayunar hasta un poco más tarde. Alguien llamó a la puerta del camarote. Mientras yo me ponía el batín y las zapatillas, mi estrella se encargó de abrir la puerta. Realmente esperábamos alguna noticia por parte de la tripulación. Pero nos extrañaba que fueran a dárnosla personalmente a los pasajeros. Tras abrir la puerta, un corpulento hombre empujó bruscamente a mi estrella, que cayó en la cama, mientras que en acto reflejo me levanté para defendernos. Pero poco pude hacer, porque la aparición de un cañón de pistola en el entrecejo me hizo detenerme.

- Adelante valiente... -Dijo el malhechor sonriendo cínicamente mientras entraban 3 hombres más al habitáculo- Veamos de lo que eres capaz...

Nada. En ese instante no era capaz de nada. Me encontraba bloqueado. No por miedo, sino por como resolver tal situación de la manera más segura posible.

- ¡El dinero, y todo lo que tengáis de valor! ¡Deprisa!

Mi estrella y yo empezamos a movernos para entregarles lo poco que llevábamos con nosotros. Y una vez, que creíamos haberles entregado todo...

- ¡Ese reloj! ¡Entrégamelo!
- ¡NO! -De nuevos mis reflejos hicieron su aparición.
- ¡NO TE MUEVAS! -De nuevo la presencia del cañón en mi rostro.

Ese reloj era la representación del día que declaré lo que sentía por mi chica. Llevaba un compartimento en su interior, y en él estaban nuestros nombres grabados y la fecha en que se lo regalé. El reloj no quería cambiar de manos, por lo que uno de los hombres forzó el robo bruscamente y un haz de luz atravesó mi mente.

- ¡HIJO DE PUTA SUÉLTALA ES MI NOVIA!

Un disparo se escuchó entonces en el camarote. No recuerdo que sucedió después.
 
Quizá escaparan.
Quizá fueran atrapados por los guardias del crucero.
Quizá todos los pasajeros recuperaran sus pertenencias.
Quizá solo recuerde los ojos empapados de lágrimas de mi estrella mientras me abrazaba y gritaba fuertemente.

Ahora me encuentro ante un bote muy diferente. Y el hombre que lo lleva, me pide un par de monedas para llevarme al otro lado de este extraño mar de neblina. Me he perdido. No recuerdo de donde vengo. Nada me ata a un pasado, puesto que tampoco recuerdo nada anterior.

Sí.

Creo que voy a atravesar este océano, a ver que es lo que al otro lado del mismo me encuentro.
¡Hum! Que silencioso y apacible se hace el viaje. Tan solo roto el silencio por las manos del <<hombre de la barca>>. No sé que aspecto tiene, no le he visto la cara. Estamos poco a poco llegando al otro extremo.

¿Quién soy?

Y, ¿qué me esperará al llegar?

Supongo que en el otro lado recordaré lo que en realidad he sido alguna vez... 

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<< Nunca perdí la esperanza.
Siempre luché por ver las cosas desde una perspectiva mejor.

Me hiciste una promesa...
...promesa que no cumpliste.

Y ahora debo luchar por vivir con ello cada día, y soportar el peso de lo que conlleva.

¿Por qué? ¿Por qué tuvimos que subir a este barco?

¡No me hacía falta subir para demostrar que nos queremos!

Has roto la promesa que hace mucho tiempo me hiciste. Prometiste que estarías a mi lado toda la vida. Y aquí me encuentro sola. Despierto cada día con el hueco de la cama vacío. Y siempre me levanto corriendo para encontrarte en el baño aseándote. Sin embargo cuando abro la puerta no estás ahí. El baño está a oscuras y nadie me está esperando dentro.

Estoy todos los días acompañada de nuestros amigos. Sin embargo siento que estoy sola entre tanta gente, porque nadie... Y repito, ¡NADIE me oye gritar!

No sé como voy a asumirlo. Aún sigo buscándote en el sofá mientras ríes sin cesar viendo los programas de humor de la tele. Incluso cuando sé que no estás ahí sentado, cierro los ojos y te imagino ahí. Mostrando tus dientes al reír, mientras yo, como de costumbre, no dejo de mirarte.

Me prometiste que siempre estarías a mi lado. Y no lo has cumplido. ¿Por qué debería cumplir yo ahora lo que te prometí hace tiempo? ¿Por qué cumplir lo de seguir adelante pase lo que pase? No tengo razones para ello. Mi corazón tuvo que morir ese día. Puesto que ahora solo alberga, dolor, soledad y esperanza de levantarme y verte afeitándote frente al espejo.

Dios...
 
 ¡¡¡¡¿¿POR QUÉ TUVISTE QUE MARCHARTE DE MI LADOOOOOOOOOOOOOO??!!!!
...
......
.........
¡Te lo prometo!

¡¡¡Yo sí que te lo prometo!!!

Seguiré adelante y en mi corazón estarás siempre. Además conociéndote, ahora mismo estarás rondando a mi alrededor observándome.

Si de algo estoy segura, es de lo que te voy a pedir a continuación...

Vive conmigo al menos en el mundo de los sueños. Hagámoslo suavemente mientras yo duerma. Ya que en ese mundo será donde podremos vernos eventualmente. Hablemos y contémonos como nos van las cosas. Y sobretodo, te pido apoyo para seguir adelante, puesto que sin tu apoyo no creo vaya a conseguirlo.

Por favor...
Por favor Nathan...
Sé que puedes escucharme...
Ayúdame a tenerte en el recuerdo con tu imagen por las noches.>>



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jueves, 28 de febrero de 2008

Ni una voz, ni un silencio...

Era tarde. Muy tarde.

El rocío nocturno estaba haciendo acto de presencia luciendo las carrocerías de todos los vehículos que Liziel era capaz de divisar.

Estaba nervioso. Esperaba a alguien. El vaho de su respiración se fundían con el aire frío que le rodeaba dando a entender que aquella espera, aquella temperatura no traían nada bueno consigo. Llegó la hora; más fría si cabe; en que ella no aparecía y él moría un poco más.

Estaba dispuesto a marcharse cuando el cielo; negro por la noche; se oscureció aún más. Una bruma cada vez más intensa empezaba a ocultar lo más alejado desde su perspectiva. Algo estaba sucediendo y Liziel permanecía expectante.

Fue en ese instante cuando el corazón del muchacho se detuvo unos instantes hasta el punto de fibrilación. Momento en el cúal, en lo más profundo de la playa la bruma comenzó a dibujar una silueta...

Una familiar silueta negra que avanzaba hacia el joven.

Era ella. La espera del muchacho había dado sus frutos, y su corazón comenzó a latir agitadamente tras su pausa...

Silencio... El romper de las olas en la atmósfera había desaparecido. Los solitarios vehículos transitando la carretera más cercana no emitían sonido alguno. Solo el latir interior del joven, y los pasos cada vez más cercanos de la silueta eran los presentes en ese instante.

La silueta; con su avance; congelaba los granitos de arena humedecidos de la playa a cada paso. Sus oscuros ojos parecían desprender lágrimas negras que se fundían con la bruma tornándose en una oscuridad cada vez más intensa en las inmediaciones.

¡¡Vaya cuadro!! ¡¡Vaya contraste!! Un muchacho ávido de besarla, abrazarla, sentir su lengua en pos del más cariñoso y excitante de los abrazos, mientras que el corazón gris que ella parecía portar convertía la nocturna bruma en niebla invernal que congelaba todo lo que tocaba a su paso.

Durante unos interminables segundos; mientras ella se acercaba; Liziel decidió armarse de valor ante la evidencia de que hoy tampoco vendría de buen humor. Intentó formar en su mente las palabras más adecuadas para convertirla en la musa con la que haría el amor toda la noche. Sin embargo, tan pronto cerró los ojos para concentrarse y buscar las palabras, la mano en alza de la misteriosa silueta tocó el cuello del joven transmitiendo frío intenso a su interior.

El joven abrió los ojos para verla con claridad y su valor se tornó en pánico...

- Sole... Por favor...

Los negros ojos de la mujer se cerraron a la par que la mano apretaba más, si cabe, el cuello del joven.

- Sooo... leeee... escu... chame...

La respiración en el joven se tornaba complicada. Sus ojos se clavaban en los de ella que aún permanecían cerrados. El frío era cada vez más intenso, y Liziel sintió como sus dedos se entumecían poco a poco por el frío que estaba invadiendo su cuerpo entero.

Cuando la clemencia de la oscura mujer parecía no iba a fraguarse en su gris corazón, una pequeña brisa acarició sus negros cabellos obligando por acto reflejo a liberar el cuello del muchacho.

Una cálida brisa...

Una cálida brisa que no parecía desaparecer ante el frío helado que Sole desprendía...

Liziel, que se encontraba de rodillas en el suelo no dejaba de mirarla. Deseaba descubrir el interior de aquel frío con forma de mujer. Encontrar el calor ante el hielo profundo. E intentar sacarlo al exterior. Fue entonces cuando alzó la mano derecha intentando alcanzar el hombro de Sole; que inmóvil aún estaba intentando comprender de donde había venido aquella brisa que tanto daño le había causado.

Tan pronto la mano de Liziel alcanzó su objetivo el rostro de la mujer se afincó al del joven y abrió los ojos para mirarlo.

En ese instante una bola de oscuridad los sumió a los dos. Sole desprendía lágrimas negras que tan pronto alcanzaban sus mejillas se convertían en bruma negra que por voluntad propia se introducían en el interior de Liziel a traves de su boca y sus fosas nasales...

Fue ahí cuando los pensamientos de ambos y sentimientos del muchacho sustituyeron a las palabras:

"Sole... ámame desgraciado toda la vida. U olvídame aliviado para siempre. Intenté demostrarte que no eras nada para mi. Intenté demostrarte que a veces lo eras todo. Intenté demostrarte que quería sumirte en el más calido de mis abrazos y compartir mi lecho junto a ti toda la eternidad que puede ser un segundo..."

"Liziel... nunca... nunca jamás..."

La oscuridad que los ocultaba empezó a disiparse introduciéndose de nuevo en ella.

Sin dilación se dio media vuelta y el frío que había debilitado al joven dejó de clavarse en todo su ser para dejar que se normalizara su temperatura corporal.

La oscura, fría y dolorosa mujer emprendió la vuelta congelando de nuevo todo a su paso. Era el turno de buscar a otro joven. Su sino sería ese durante toda la eternidad. No amar jamás a nadie, y amarlos con oscuridad a todos ellos.

Liziel volvió a sentir aquella brisa cálida que lo destemplaba al contraste del frio que había a su alrededor, y fue cuando comprendió que su corazón no debía ser entregado a Sole. Su corazón debía ser entregado a esa dama que pudiera volar para velar por él todas las noches y esperar al día siguiente para sumirse junto al mismo en el más ansiado y apasionado abrazo que fortaleciera su latir. Pensamiento que obligó a una lágrima a estrellarse congelada en el suelo mientras explotaba en mil pedazos.

Momento en el cúal, el muchacho retomó su camino a casa. Se dirigió al coche; completamente cubierto por escarcha; y tan pronto le fue posible, entre suspiros, arrancó el motor.

Silencio...

Una rosa de color rojo pasión y aroma perfumado cayó lentamente en el lugar de los hechos. Su yacimiento en la árena; como testigo de lo sucedido aquella noche; fue atronador. El único sonido acompañado de éco que se pudo escuchar en kilómetros a la redonda.

El estruendo de la rosa al golpear la congelada arena hizo temblar el suelo formando con grietas la siguiente frase:

"E aquí, dos almas divididas. Un corazón castigado, y una mujer juez-verdugo de sus allegados. Y en medio de ambos...

...una rosa marchita por el frío esperando ser encontrada por su dueño."


Fdo. Russell P.F. (Donde un simple beso, un simple abrazo, puede rescatar a cualquiera de las heladas manos de esa oscura mujer...)



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lunes, 4 de febrero de 2008

Lonely, NOT alone...

Cae la noche...

De nuevo, el silencio envuelve todo lo que te rodea. Sole, aparece de su dimensión. Dimensión que permanece cerrada durante el día, cuando te encuentras rodeado de más personas a las que aprecias.

- Que tal estás hoy noche mi amor?

Un escalofrío, marcado por las gélidas manos de Sole, recorre todo tu cuerpo. Y temerosamente respondes:

- Bien. Aunque...

Tus ojos descienden su mirada a las grietas del suelo de madera de tu habitación. Décimas de segundo, en los que meditas como decirle suavemente lo que te ronda la cabeza.

- Sole...- Dime cariño...
- No te deseo esta noche...

El silencio; que la acompañaba allí donde fuera; creció hasta hacerse ensordecedor. Tus oídos empiezan a sentir una ligera punzada, mientras que tus ojos hacen el gran esfuerzo de buscar los de Sole.

La extraña sensación que te acompaña todas las noches cuando Sole aparece a tu lado, crece de manera exponencial cada tic-tac del relój. Pasan 20 segundos y no sabes que hacer para que esa sensación no crezca más.

- Sole...
- ...
- Sole, por favor...
- ...

Sole está haciendo acto de presencia, pero digas lo que digas, no podrás evitar que use sus poderes contigo.

Decides acostarte para pasar la noche, lo más rápidamente posible. Cosa que, ante la indómita mirada de Sole se terciará complicado. No obstante, entre sentimientos negativos que se multiplican por si mismos cada segundo, consigues alcanzar el ansiado sueño que te ayude a evadirte de tu triste realidad...

Sueñas...
Imaginas...
Sientes...

Y durante toda la noche, resumiendo todos los sueños que puedes recordar, te das cuenta que:

"You are feel lonely, but you are NOT alone."


Ahora bien, queda el intentar asumir ese pensamiento y aplicarlo sin que los poderes de Sole te afecten demasiado todas las noches.



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