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domingo, 2 de marzo de 2008

Alguien dijo una vez...

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"Quiéreme cuando menos lo merezca... Porqué será cuando más lo necesite..." Dr. Jekyll...



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viernes, 29 de febrero de 2008

Lo prometiste... (Relato corto escrito el 18/05/05)

<<Nunca perdí la esperanza.
Siempre luché por ver las cosas desde una perspectiva mejor.

Me hiciste una promesa...
...promesa que no cumpliste.

Y ahora debo luchar por vivir con ello cada día, y soportar el peso de lo que conlleva.>>
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Viernes 16 de mayo de 2008.

Este iba a ser un gran día...

La sensación de plenitud al levantarme de la cama, hacía que sonreír fuera poco para representar la alegría que sentía.

A mi lado descansaba un ángel. Un ángel con el que maduré. Un ángel que me salvaría de las garras del infierno y de las heladas manos de la soledad. Mi estrella al fin y al cabo.

Durante el aseo, mi mente pensaba en el fin de semana sorpresa que tenía preparado para ella. Por mi boca no había corrido palabra, sin embargo, podía vérseme alterado por algo concreto.

- ¡¡Egunon laztana!! -Fueron sus palabras al abordar el baño para orinar.- ¿Qué tal has dormido esta noche?
- Hum... Depende de la hora a la que formules la pregunta.
-Respondí con tono serio.
- ¿Y eso? ¿Has dormido mal?
- He dormido como los faros intermitentes de un coche. Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no...
- ¡Jajajajajaja! ¡Estás loco!
-Reía mientras tiraba de la cadena.
- Hum... -Respondía mientras la miraba de reojo con la cara enjabonada de crema de afeitar.- ¡LOCO POR TUS HUESOS!¡VEN AQUÍ!
- ¡NO!¡NATHAN NO!¡ME VAS A MANCHAR DE CREMA!
-Gritaba mientras intentaba huir de mis labios y el contorno enjabonado de crema.

- ¡HOMBRE!¡SI NO, NO TENDRÍA GRACIA!¡NO HUYAS VEN AQUÍ!
- ¡JAJAJAJAJA!¡NO!¡ALCANZAME SI PUEDES!
- No tengo prisa alguna, así que no voy a correr...
- ¡TE LO ADVIERTO!¡ESTOY ARMADA CON EL ATAQUE DEL CISNE!
-Gritaba jocosamente mientras alzaba las manos y la pierna derecha.
- Sí, sí, cisnes a mí... ¡ME LOS COMO PARA DESAYUNAR! ¡VEN AQUI!
- ¡NO! ¡JAJAJAJA! ¡SUÉLTAME! ¡JAJAJAJA! ¡NO, NO! ¡ME HAS MANCHADO! ¡JAJAJAJAJA! ¡NOOOOO!

Poco pudo hacer la estrella para librarse de mis manos, de mis labios y de mi cara enjabonada con espuma de afeitar. Por lo que a pesar de haber luchado durante unos breves segundos, al final, la defensiva guerrera se convirtió en una cálida musa que me correspondería a los besos que yo la estaba dando.

- Te quiero Nathan...
- Y yo a ti...
-Se hizo una pausa por mi parte hasta que- ...te querré más cuando te limpies ese horrible jabón que tienes en la cara.
- ¡Pero! ¡Serás asqueroso! ¡Pues hala! ¡Toma jabón! ¡Toma! ¡Jajajajajaja!
- Eres vengativa, ¿eh?
- ¡¡Ya me conoces!!
- ¡Por eso te quiero tanto!


Tras un último beso retorné al baño donde terminaría de afeitarme, para luego acudir al dormitorio y vestirme.

- Nathan, hoy, ¿qué vamos a hacer?


Esa pregunta me la esperaba con segundas. Aunque me hiciera el despistado y respondiera con evasivas...

- Pues supongo que dar un paseo, tomar algo, tumbarnos en la hierba tras observar que no hay cacas de perro alrededor...

...sabía perfectamente que hoy era nuestro aniversario. Cierto es que no estábamos casados; todavía; sin embargo llevábamos dos años juntos disfrutando de nuestras personalidades. Y hoy iba a ser un gran día, puesto que había reservado un fin de semana en un crucero. Tres maravillosos días junto a mi estrella disfrutando del cielo y las fiestas nocturnas a bordo de un transporte marítimo.

Quizá por ello haya estado muy casero últimamente, así como metiendo horas en el trabajo. Para poder sorprenderla con algo así.

- Vaya...
-Soltó suspirando mientras acariciaba decepcionada un peluche que yo mismo le regalé.- No pensaba que lo olvidarías.
- ¿Olvidar? ¿Olvidar el qué?
- No nada...
-Suspiró de nuevo.
- Vale. Oye reina, ¿me alcanzas lo que he dejado detrás de la puerta?

Un silencio se hizo. Ella, decepcionada por mi supuesto olvido, se dirigió a recoger lo que había tras la puerta.

- ¿Una maleta? ¿Qué coño has metido aquí dentro? -Preguntó extrañada.
- ¿Confías en mí?
- Nathan, ¡por supuesto que confío en ti!
- Entonces, vete al salón y ponte lo que allí te encontrarás.


Huelga decir, que extrañada se dirigió al mismo, y tras observar el vestido que había sobre el sofá, comenzó a correr para tirárseme en los brazos y besarme. Algo que provocó nuestra caída en la cama.

- ¡Sabía que no lo habías olvidado! -Exclamaba excitada.
- No, realmente no lo sabías. De hecho has creído que lo había olvidado, puesto que la cara te ha cambiado. Ahora sí, vístete con él y vamos, que nos están esperando.
- ¿Esperando?


Lo que ella aún no sabía era que uno de los compañeros de nuestro amigo Endika trabajaba como taxista, y que por petición del mismo Endika, hoy nos haría de chofer para llevarnos al puerto. Durante el viaje, estaba completamente excitada por lo que le iba descubriendo poco a poco. No paraba de hacerme preguntas sobre lo que le esperaba. Y cada vez más emocionada, intentaba obtener respuestas con chantaje emocional. Al llegar a puerto, pudo observar el “bote” donde iríamos a disfrutar de nuestros 3 días. Días que sin lugar a dudas no íbamos a olvidar. Y al verlo no hizo mención de palabra alguna y me estrechó fuertemente, mientras casi lloraba de la emoción.

Durante las próximas horas mi estrella no podría articular muchas palabras con sentido, puesto que se encontraba al borde de un colapso de alegría. Los besos, los abrazos, y los momentos de sorpresa al ir descubriendo zonas del barco, se sucedían sin cesar. Durante el día, paseábamos en cubierta mientras hablábamos sin parar. Si no era eso, tomábamos el sol en las tumbonas de al lado de la piscina.

En estos momentos era cuando ella decidía convertirse en un conguito al sol, mientras que, por mi parte, me convertía en anfibio bajo las profundidades de la piscina. Aunque también hay que reconocer que cuando la mojaba; mientras tomaba el sol; venía al agua a vengarse de mi. Durante la noche disfrutábamos de la cena y las inagotables conversaciones, para luego decidir entre bailar un rato, y en otros momentos estar en las tumbonas, mientras abrazados y en silencio observábamos las estrellas.

Todo era perfecto. Y nada de lo que pudiera suceder iba a alterar eso.

¿Nada?

Eso pensaba yo, y sin embargo al inicio del tercer; y último día en el barco; sucedió un atraco. La mayoría de los pasajeros se encontraban desayunando en el comedor, mientras que el resto aún dormía, o se encontraban fuera paseando. (Impresionante que cantidad de ricachones había, y nosotros siendo de clase más estándar no sentíamos cabida en este grupo. No es de extrañar, ya que 6 meses me fueron necesarios para poder preparar este evento.)

Nosotros habíamos pasado la noche en vela disfrutando del cariño que nos procesábamos. Por lo que decidimos no bajar a desayunar hasta un poco más tarde. Alguien llamó a la puerta del camarote. Mientras yo me ponía el batín y las zapatillas, mi estrella se encargó de abrir la puerta. Realmente esperábamos alguna noticia por parte de la tripulación. Pero nos extrañaba que fueran a dárnosla personalmente a los pasajeros. Tras abrir la puerta, un corpulento hombre empujó bruscamente a mi estrella, que cayó en la cama, mientras que en acto reflejo me levanté para defendernos. Pero poco pude hacer, porque la aparición de un cañón de pistola en el entrecejo me hizo detenerme.

- Adelante valiente... -Dijo el malhechor sonriendo cínicamente mientras entraban 3 hombres más al habitáculo- Veamos de lo que eres capaz...

Nada. En ese instante no era capaz de nada. Me encontraba bloqueado. No por miedo, sino por como resolver tal situación de la manera más segura posible.

- ¡El dinero, y todo lo que tengáis de valor! ¡Deprisa!

Mi estrella y yo empezamos a movernos para entregarles lo poco que llevábamos con nosotros. Y una vez, que creíamos haberles entregado todo...

- ¡Ese reloj! ¡Entrégamelo!
- ¡NO! -De nuevos mis reflejos hicieron su aparición.
- ¡NO TE MUEVAS! -De nuevo la presencia del cañón en mi rostro.

Ese reloj era la representación del día que declaré lo que sentía por mi chica. Llevaba un compartimento en su interior, y en él estaban nuestros nombres grabados y la fecha en que se lo regalé. El reloj no quería cambiar de manos, por lo que uno de los hombres forzó el robo bruscamente y un haz de luz atravesó mi mente.

- ¡HIJO DE PUTA SUÉLTALA ES MI NOVIA!

Un disparo se escuchó entonces en el camarote. No recuerdo que sucedió después.
 
Quizá escaparan.
Quizá fueran atrapados por los guardias del crucero.
Quizá todos los pasajeros recuperaran sus pertenencias.
Quizá solo recuerde los ojos empapados de lágrimas de mi estrella mientras me abrazaba y gritaba fuertemente.

Ahora me encuentro ante un bote muy diferente. Y el hombre que lo lleva, me pide un par de monedas para llevarme al otro lado de este extraño mar de neblina. Me he perdido. No recuerdo de donde vengo. Nada me ata a un pasado, puesto que tampoco recuerdo nada anterior.

Sí.

Creo que voy a atravesar este océano, a ver que es lo que al otro lado del mismo me encuentro.
¡Hum! Que silencioso y apacible se hace el viaje. Tan solo roto el silencio por las manos del <<hombre de la barca>>. No sé que aspecto tiene, no le he visto la cara. Estamos poco a poco llegando al otro extremo.

¿Quién soy?

Y, ¿qué me esperará al llegar?

Supongo que en el otro lado recordaré lo que en realidad he sido alguna vez... 

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<< Nunca perdí la esperanza.
Siempre luché por ver las cosas desde una perspectiva mejor.

Me hiciste una promesa...
...promesa que no cumpliste.

Y ahora debo luchar por vivir con ello cada día, y soportar el peso de lo que conlleva.

¿Por qué? ¿Por qué tuvimos que subir a este barco?

¡No me hacía falta subir para demostrar que nos queremos!

Has roto la promesa que hace mucho tiempo me hiciste. Prometiste que estarías a mi lado toda la vida. Y aquí me encuentro sola. Despierto cada día con el hueco de la cama vacío. Y siempre me levanto corriendo para encontrarte en el baño aseándote. Sin embargo cuando abro la puerta no estás ahí. El baño está a oscuras y nadie me está esperando dentro.

Estoy todos los días acompañada de nuestros amigos. Sin embargo siento que estoy sola entre tanta gente, porque nadie... Y repito, ¡NADIE me oye gritar!

No sé como voy a asumirlo. Aún sigo buscándote en el sofá mientras ríes sin cesar viendo los programas de humor de la tele. Incluso cuando sé que no estás ahí sentado, cierro los ojos y te imagino ahí. Mostrando tus dientes al reír, mientras yo, como de costumbre, no dejo de mirarte.

Me prometiste que siempre estarías a mi lado. Y no lo has cumplido. ¿Por qué debería cumplir yo ahora lo que te prometí hace tiempo? ¿Por qué cumplir lo de seguir adelante pase lo que pase? No tengo razones para ello. Mi corazón tuvo que morir ese día. Puesto que ahora solo alberga, dolor, soledad y esperanza de levantarme y verte afeitándote frente al espejo.

Dios...
 
 ¡¡¡¡¿¿POR QUÉ TUVISTE QUE MARCHARTE DE MI LADOOOOOOOOOOOOOO??!!!!
...
......
.........
¡Te lo prometo!

¡¡¡Yo sí que te lo prometo!!!

Seguiré adelante y en mi corazón estarás siempre. Además conociéndote, ahora mismo estarás rondando a mi alrededor observándome.

Si de algo estoy segura, es de lo que te voy a pedir a continuación...

Vive conmigo al menos en el mundo de los sueños. Hagámoslo suavemente mientras yo duerma. Ya que en ese mundo será donde podremos vernos eventualmente. Hablemos y contémonos como nos van las cosas. Y sobretodo, te pido apoyo para seguir adelante, puesto que sin tu apoyo no creo vaya a conseguirlo.

Por favor...
Por favor Nathan...
Sé que puedes escucharme...
Ayúdame a tenerte en el recuerdo con tu imagen por las noches.>>



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jueves, 28 de febrero de 2008

Ni una voz, ni un silencio...

Era tarde. Muy tarde.

El rocío nocturno estaba haciendo acto de presencia luciendo las carrocerías de todos los vehículos que Liziel era capaz de divisar.

Estaba nervioso. Esperaba a alguien. El vaho de su respiración se fundían con el aire frío que le rodeaba dando a entender que aquella espera, aquella temperatura no traían nada bueno consigo. Llegó la hora; más fría si cabe; en que ella no aparecía y él moría un poco más.

Estaba dispuesto a marcharse cuando el cielo; negro por la noche; se oscureció aún más. Una bruma cada vez más intensa empezaba a ocultar lo más alejado desde su perspectiva. Algo estaba sucediendo y Liziel permanecía expectante.

Fue en ese instante cuando el corazón del muchacho se detuvo unos instantes hasta el punto de fibrilación. Momento en el cúal, en lo más profundo de la playa la bruma comenzó a dibujar una silueta...

Una familiar silueta negra que avanzaba hacia el joven.

Era ella. La espera del muchacho había dado sus frutos, y su corazón comenzó a latir agitadamente tras su pausa...

Silencio... El romper de las olas en la atmósfera había desaparecido. Los solitarios vehículos transitando la carretera más cercana no emitían sonido alguno. Solo el latir interior del joven, y los pasos cada vez más cercanos de la silueta eran los presentes en ese instante.

La silueta; con su avance; congelaba los granitos de arena humedecidos de la playa a cada paso. Sus oscuros ojos parecían desprender lágrimas negras que se fundían con la bruma tornándose en una oscuridad cada vez más intensa en las inmediaciones.

¡¡Vaya cuadro!! ¡¡Vaya contraste!! Un muchacho ávido de besarla, abrazarla, sentir su lengua en pos del más cariñoso y excitante de los abrazos, mientras que el corazón gris que ella parecía portar convertía la nocturna bruma en niebla invernal que congelaba todo lo que tocaba a su paso.

Durante unos interminables segundos; mientras ella se acercaba; Liziel decidió armarse de valor ante la evidencia de que hoy tampoco vendría de buen humor. Intentó formar en su mente las palabras más adecuadas para convertirla en la musa con la que haría el amor toda la noche. Sin embargo, tan pronto cerró los ojos para concentrarse y buscar las palabras, la mano en alza de la misteriosa silueta tocó el cuello del joven transmitiendo frío intenso a su interior.

El joven abrió los ojos para verla con claridad y su valor se tornó en pánico...

- Sole... Por favor...

Los negros ojos de la mujer se cerraron a la par que la mano apretaba más, si cabe, el cuello del joven.

- Sooo... leeee... escu... chame...

La respiración en el joven se tornaba complicada. Sus ojos se clavaban en los de ella que aún permanecían cerrados. El frío era cada vez más intenso, y Liziel sintió como sus dedos se entumecían poco a poco por el frío que estaba invadiendo su cuerpo entero.

Cuando la clemencia de la oscura mujer parecía no iba a fraguarse en su gris corazón, una pequeña brisa acarició sus negros cabellos obligando por acto reflejo a liberar el cuello del muchacho.

Una cálida brisa...

Una cálida brisa que no parecía desaparecer ante el frío helado que Sole desprendía...

Liziel, que se encontraba de rodillas en el suelo no dejaba de mirarla. Deseaba descubrir el interior de aquel frío con forma de mujer. Encontrar el calor ante el hielo profundo. E intentar sacarlo al exterior. Fue entonces cuando alzó la mano derecha intentando alcanzar el hombro de Sole; que inmóvil aún estaba intentando comprender de donde había venido aquella brisa que tanto daño le había causado.

Tan pronto la mano de Liziel alcanzó su objetivo el rostro de la mujer se afincó al del joven y abrió los ojos para mirarlo.

En ese instante una bola de oscuridad los sumió a los dos. Sole desprendía lágrimas negras que tan pronto alcanzaban sus mejillas se convertían en bruma negra que por voluntad propia se introducían en el interior de Liziel a traves de su boca y sus fosas nasales...

Fue ahí cuando los pensamientos de ambos y sentimientos del muchacho sustituyeron a las palabras:

"Sole... ámame desgraciado toda la vida. U olvídame aliviado para siempre. Intenté demostrarte que no eras nada para mi. Intenté demostrarte que a veces lo eras todo. Intenté demostrarte que quería sumirte en el más calido de mis abrazos y compartir mi lecho junto a ti toda la eternidad que puede ser un segundo..."

"Liziel... nunca... nunca jamás..."

La oscuridad que los ocultaba empezó a disiparse introduciéndose de nuevo en ella.

Sin dilación se dio media vuelta y el frío que había debilitado al joven dejó de clavarse en todo su ser para dejar que se normalizara su temperatura corporal.

La oscura, fría y dolorosa mujer emprendió la vuelta congelando de nuevo todo a su paso. Era el turno de buscar a otro joven. Su sino sería ese durante toda la eternidad. No amar jamás a nadie, y amarlos con oscuridad a todos ellos.

Liziel volvió a sentir aquella brisa cálida que lo destemplaba al contraste del frio que había a su alrededor, y fue cuando comprendió que su corazón no debía ser entregado a Sole. Su corazón debía ser entregado a esa dama que pudiera volar para velar por él todas las noches y esperar al día siguiente para sumirse junto al mismo en el más ansiado y apasionado abrazo que fortaleciera su latir. Pensamiento que obligó a una lágrima a estrellarse congelada en el suelo mientras explotaba en mil pedazos.

Momento en el cúal, el muchacho retomó su camino a casa. Se dirigió al coche; completamente cubierto por escarcha; y tan pronto le fue posible, entre suspiros, arrancó el motor.

Silencio...

Una rosa de color rojo pasión y aroma perfumado cayó lentamente en el lugar de los hechos. Su yacimiento en la árena; como testigo de lo sucedido aquella noche; fue atronador. El único sonido acompañado de éco que se pudo escuchar en kilómetros a la redonda.

El estruendo de la rosa al golpear la congelada arena hizo temblar el suelo formando con grietas la siguiente frase:

"E aquí, dos almas divididas. Un corazón castigado, y una mujer juez-verdugo de sus allegados. Y en medio de ambos...

...una rosa marchita por el frío esperando ser encontrada por su dueño."


Fdo. Russell P.F. (Donde un simple beso, un simple abrazo, puede rescatar a cualquiera de las heladas manos de esa oscura mujer...)



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lunes, 4 de febrero de 2008

Lonely, NOT alone...

Cae la noche...

De nuevo, el silencio envuelve todo lo que te rodea. Sole, aparece de su dimensión. Dimensión que permanece cerrada durante el día, cuando te encuentras rodeado de más personas a las que aprecias.

- Que tal estás hoy noche mi amor?

Un escalofrío, marcado por las gélidas manos de Sole, recorre todo tu cuerpo. Y temerosamente respondes:

- Bien. Aunque...

Tus ojos descienden su mirada a las grietas del suelo de madera de tu habitación. Décimas de segundo, en los que meditas como decirle suavemente lo que te ronda la cabeza.

- Sole...- Dime cariño...
- No te deseo esta noche...

El silencio; que la acompañaba allí donde fuera; creció hasta hacerse ensordecedor. Tus oídos empiezan a sentir una ligera punzada, mientras que tus ojos hacen el gran esfuerzo de buscar los de Sole.

La extraña sensación que te acompaña todas las noches cuando Sole aparece a tu lado, crece de manera exponencial cada tic-tac del relój. Pasan 20 segundos y no sabes que hacer para que esa sensación no crezca más.

- Sole...
- ...
- Sole, por favor...
- ...

Sole está haciendo acto de presencia, pero digas lo que digas, no podrás evitar que use sus poderes contigo.

Decides acostarte para pasar la noche, lo más rápidamente posible. Cosa que, ante la indómita mirada de Sole se terciará complicado. No obstante, entre sentimientos negativos que se multiplican por si mismos cada segundo, consigues alcanzar el ansiado sueño que te ayude a evadirte de tu triste realidad...

Sueñas...
Imaginas...
Sientes...

Y durante toda la noche, resumiendo todos los sueños que puedes recordar, te das cuenta que:

"You are feel lonely, but you are NOT alone."


Ahora bien, queda el intentar asumir ese pensamiento y aplicarlo sin que los poderes de Sole te afecten demasiado todas las noches.



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