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jueves, 11 de abril de 2019

Uso del Flash con los Querubines del Campo Grande


No me suele gustar demasiado la luz dura del Sol cuando es acuciante en las horas más altas del mediodía/tarde. Ya que salvo que tengas un difusor a mano para suavizar su incidencia en el sujeto/objeto que fotografíes, te toca ser creativo con las opciones de tu cámara para sacarlo de una manera estable y compensada.

Y es que, la luz del Sol cuando está en lo más alto nos obliga a aprender a usarla como la luz de un Flash.

¿A cuántas personas (y muchas veces fotógrafos que se ganan la vida con ello) habéis escuchado decirles que "no usan el Flash salvo por obligación"?

Muchas de estas personas aborrecen el Flash. Y mi experiencia me ha enseñado que un porcentaje alto de estas personas es porque no saben usarlo, o porque hacerlo bien les cuesta algo que no quieren, pueden o no les apetece asumir. (Véase tiempo, dinero, esfuerzo en tener que estudiar como adaptar la luz mediante difusores, deflectores, etc)

Sabemos que la luz del Flash, sobretodo si es el que tenemos integrado en la cámara es una luz dura. Muy dura según la distancia a la que nos encontremos de lo que vamos a fotografiar.

Pero también sabemos que muchas cámaras tienen opción de regular su potencia. Y esto es muy útil, porque la idea de un Flash; aunque suene obvio; es conseguir iluminar al sujeto que fotografiamos para compensarlo con su entorno. Pero claro, sin tener en cuenta la iluminación ambiental, la distancia entre el sujeto y la cámara, entre otros factores, cuando la mayoría disparamos el flash conseguimos a personas sobreiluminadas por él, con entornos y fondos completamente oscuros consiguiendo fotografías en clave baja sin pretenderlo.

Es por eso que alguna vez veréis a fotógrafos usar un trozo de papel para difuminar la dureza del Flash en distancias muy cortas. Incluso habréis visto como algunos fotógrafos rebotan el flash sobre una superficie cercana para que la luz que llega al sujeto que fotografíamos sea mucho más natural.

Incluso alguna vez habréis visto a alguien utilizar el Flash en pleno día o incluso a pleno sol. Como ha sido el caso de la fotografía de los Querubines que os presento hoy.

Era un sol de justicia y la escultura estaba casi a plena sombra. Si disparamos tal cual sin Flash, lo de alrededor iluminado se comería la presencia del sujeto que fotografíamos en sombra. Así que claro, podemos disparar a pelo y luego ya trabajaremos el revelado del RAW más tarde en el ordenador.

Pero, ¿y si puedes ahorrarte mucho de este trabajo intentando compensar la luz y las sombras en el mismo momento del disparo usando el Flash?

Si algo aprendí con mi Proyecto 365, es que además de poder difuminar la luz del Sol del mediodía o la del propio Flash con una tela a modo de redecilla, también podemos aprovechar la dureza de la luz del Flash para rellenar esas sombras intensas que vemos cuando el Sol está pegando de justicia durante el mediodía y nuestro sujeto está oscurecido.

Os aseguro que si no hubiera disparado el Flash con una potencia del 100% en la foto de hoy, las sombras que cubren la escultura de los Querubines, estos habrían salido más oscurecidos en contraste de su alrededor iluminado a pleno Sol.

En fin, sé que apenas he profundizado en el tema del uso del Flash. Pero solo quiero que os pique la curiosidad para que enredeis con él y descubráis que el uso del mismo va más allá de activarlo, apuntar y disparar. El uso y las posibilidades que tenemos con él; incluso cuando no podemos regular su potencia; son bastantes.

Solo hemos de tener claro que NO hay que tenerle miedo, y más todavía que hay opciones de aprovecharlo a nuestro favor.

Quizás algún día haga entradas con truquitos y así. ¿Quién sabe?




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martes, 9 de abril de 2019

La putada de crecer no es madurar...


Hoy mientras repartía los folletos de mi trabajo entre las personas de la calle, he llegado de imprevisto a un parque con columpios para críos.

Los que seguís este blog habitualmente; y más aún los que seguísteis el agotador pero increíble Proyecto 365 que empecé en 2017 y terminé el año pasado 2018; sabéis que tengo predilección por los columpios. Muchos de mis mejores recuerdos fueron en columpios, y aún a día de hoy siento ese cosquilleo en el estómago cuando pienso en las posibilidades que brinda uno de estos en nuestros ratos de ocio lúdico.

¿Pero por qué hablo de esto ahora? ¿Qué es lo que vi en este parque que no haya visto en otros?

Creo que las fotos son bastante esclarecedoras...

Un puñetero columpio con forma de autobús!!!

¿Sabéis hasta que punto habríamos donado hasta órganos si de txikis hubiera existido la más remota posibilidad de jugar en un columpio con forma de autobús?


No, va muy en serio!!

Much@s de nosotr@s simulamos jugar a conductores de autobús cogiendo un libro cerrado y usándolo de volante. Y si caía en nuestras manos algo redondo como un plato, apaga y vámonos!!!

Este columpio llega 30 años tarde para mí. ¿Y sabéis lo peor de todo? Que aunque tenga el don de mantener la mirada infantil de un crío para según qué cosas, he crecido lo suficiente para no poder entrar en ese columpio aunque sean 30 segundos para sentarme al volante y dejar volar mi imaginación...

En seriooooo!!!

Esto es frustrante!!!
Incluso con 18 años, aún jugaba con mi hermana pequeña a "Autobuses" con el propio Need Foto Speed 2, desactivando los competidores en carrera y activando el tráfico en carretera.

Es que de verdad, me jode cantidad no poder jugar con estas cosas aún rodeado de cri@s, sin parecer un enfermo mental a ojos de otr@s.

Porque os aseguro que de haber podido entrar en este bus, me habría sentado un rato en el asiento del conductor para darme el gustazo de sentir ese hormigueo en el estómago como cuando era txiki. Dándome igual quién pasará por la zona y me viera ahí sentado.


Siempre he dicho y creído firmemente que "las experiencias en nuestra vida nos forman como personas. Pero la actitud y el modo de ver las cosas ante ellas siempre han sido y serán decisiones voluntarias."

Pese a quien le pese, yo he elegido crecer y madurar conservando la mágica mirada infantil e ilusa que hemos tenido de pequeños. Y por ahora, me va bien. Ya que ello no implica inmadurez.

Eso sí, el crecer hasta casi alcanzar el metro ochenta me ha jodido de poder probar elementos modernos para críos que no existieron en mi infancia.

CAGONPUTIO!!!




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